Después de atravesar la campiña romana en medio de los ardores de la canícula meridional, Francisco y sus compañeros llegaron a las cercanías de Orte, al punto donde hoy se reúnen las dos líneas férreas que, por uno y otro costado de los Apeninos, bajan del monte a Roma. Allí, en un paraje montuoso, regado por las aguas rápidas, medio grises, medio verdosas del Nera, tomaron nuestros viajeros un descanso de quince días. Era tan bello este lugar, dice Celano, que los hermanos estuvieron a punto de renunciar al tenor de vida cuya aprobación pontificia acababan de obtener. Se procuraban el pan cotidiano mendigándolo de puerta en puerta por las calles de Orte, y varias veces les aconteció recoger tan abundante limosna que les sobró para el día siguiente, cosa contraria a los planes de Francisco. Pero en aquel desierto, antiguo sepulcro etrusco, no había nadie con quien compartir las sobras, y por eso se vieron forzados a aprovecharlas ellos.
Hola! Herman@s Quiero compartir con ustedes Enseñanzas de los Maestros Ascendidos y de otros Maestros que han traído tanta Luz a nuestros corazones y hoy, nos pueden enseñar como hacerlo, teniéndolos a ellos como ejemplo y como guías invaluables, que a través del Amor Divino, iluminan nuestro camino hacia la Luz.
domingo, 23 de abril de 2017
PSICOLOGÍA REVOLUCIONARIA.- CRIATURAS MECÁNICAS-CAP. 15
De ninguna manera podríamos negar la Ley de Recurrencia procesándose en cada momento de nuestra vida. Ciertamente en cada día de nuestra existencia, existe repetición de eventos, estados de conciencia, palabra, deseos, pensamientos, voliciones, etc. Es obvio que cuando uno no se auto-observa, no puede darse cuenta de esta incesante repetición diaria. Resulta evidente que quien no siente interés alguno por observarse a sí mismo, tampoco desea trabajar para lograr una verdadera transformación radical. Para colmo de los colmos hay gentes que quieren transformarse sin trabajar sobre sí mismos.
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