Extractos del shastra:
Tun Wu Ja Tao Jao Men Lun o tratado acerca de la entrada en la verdad por el
despertar instantáneo.
Paisaje1
¿Quiere usted hablarnos
de dhyana y de samadhi?
Cuando el pensamiento
erróneo se para, es dhyana. Contemplar su naturaleza original, es samadhi, pues
en verdad, esta naturaleza original es nuestra esencia. Por el samadhi retiráis
vuestra mente de lo que la rodea, volviéndola así insensible a las ocho
influencias, es decir: la pérdida y la ganancia, el elogio y la calumnia, la
alabanza y la censura, la alegría y la tristeza. Actuando de este modo, incluso
un hombre ordinario puede realizar el estado de Budha. El sutra de los
Preceptos del bodhisattwa dice: «todos los que observan los preceptos de Budha,
por ello mismo realizan la Budeidad». Hay otras maneras de expresar lo mismo,
por ejemplo: liberación, ganar la otra orilla, transcender los seis estados a los
cuales están sometidos los mortales, transpasar los tres mundos o convertirse
en un poderoso bodhisattwa, un sabio omnipotente, un conquistador.
Cuando hay sonido, hay
audición. Cuando no hay sonido, ¿permanece la audición?
Si.
Cuando hay sonido, es
lógico que nosotros lo escuchemos. ¿Cómo podemos escuchar cuando hay ausencia
de sonido?
Nuestro propósito
concierne esta escucha, independientemente del hecho de que haya un sonido o
no.
¿Cómo puede ser eso?
Siendo eterna la naturaleza
de la escucha, nosotros oímos, haya presencia o ausencia de sonido.
Si es así, ¿quien o qué
escucha?
Es vuestra propia
naturaleza la que oye, y el conocedor interno el que sabe.
Hablando de la
iluminación abrupta, ¿qué se puede decir de su doctrina, de su objetivo, de su
substancia y de su función?
Abstenerse de pensar es
su doctrina, no dejar surgir los pensamientos erróneos es su objetivo, la
pureza es su substancia y la sabiduría su función.
Hemos dicho que
abstenerse de pensar es su doctrina, pero no hemos examinado todavía el
significado de este término. ¿De qué debemos abstenernos de pensar?
Esto no quiere decir
que debemos abstenernos de pensar, sino abstenernos de pensar de manera
errónea.
¿Qué entiende usted por
pensamiento justo y pensamiento erróneo?
Pensar en términos de
ser y de no ser es llamado pensamiento erróneo, mientras que abstenerse de
pensar en esos términos es llamado pensamiento justo. Igualmente pensar en
términos de bien y mal es llamado pensamiento erróneo y no pensar de esta
manera es llamado pensamiento justo. El mismo razonamiento se aplica a las
categorías opuestas: la tristeza y la alegría, el principio y el fin, la
aceptación y el rechazo, la simpatía y la antipatía, el amor y el odio, todo
esto es pensamiento erróneo, mientras que abstenerse de pensar de esta manera
es llamado pensamiento justo.
¿Puede usted
explicarnos el pensamiento justo de una manera más precisa?
Pensar justo quiere
decir pensar solamente en la iluminación.
¿Es la iluminación algo
tangible ?
No, no lo es.
¿Cómo podemos pensar en
la iluminación si ella no es objetivable?
Es como si la
iluminación (bodhi) fuese un simple término aplicado a eso que, en realidad, es
no-objetivable, algo que nunca ha sido y jamás será alcanzado. Siendo
no-objetivable es impensable y pensar que es impensable, es llamado pensamiento
justo de la iluminación, en otros términos, nuestra mente no tiene ya nada
sobre lo que apoyarse. El término impensable es igualmente aplicable a las diferentes
categorías de objetos mencionados anteriormente, que hemos considerado como
pensamientos erróneos: no son más que denominaciones adaptadas según las
circunstancias, son de la misma esencia en la cual no existen ni diferencia ni
multiplicidad.
En resumen, ser
consciente de la mente sin apoyarse en nada es de hecho estar sin pensamiento,
y de este estado fluye naturalmente la liberación.
El sutra dice: «nada de
palabras, ninguna formulación, esto es lo que se entiende por dhyana». ¿Podemos
también hablar de dhyana mientras que estamos comprometidos en la acción?
Mi definición de dhyana
se refiere al eterno dhyana no afectado por la palabra o por el silencio. ¿Por
qué?, porque la naturaleza de dhyana permanece incluso cuando estamos
comprometidos en la acción o en la elección, nuestra acción y nuestra elección
forman parte integrante de dhyana. Del mismo modo, cuando surge la
contemplación de formas en una mente no sobrecargada, la vacuidad persiste
tanto en el momento en que miramos estas formas como cuando no hablamos o no
estamos comprometidos en otras actividades. Lo mismo se aplica a la visión, a
la audición, a la sensación, y a la percepción. ¿Cómo es esto? Porque nuestra
propia naturaleza es vacuidad y permanece así en toda situación. Siendo vacía,
está libre de todo apego y es precisamente este desapego el que permite la
acción simultánea, en el mismo plano, de dhyana y del conocimiento. Todos los
bodhisattwas utilizan este enfoque del vacío universal para alcanzar el
objetivo final. También está escrito «cuando dhyana y el conocimiento están en
el mismo plano, es eso lo que llaman liberación».
Tomemos otro ejemplo a
fin de clarificar esta cuestión de despertar vuestra comprensión y de liberaros
de vuestras dudas: el de un espejo; ¿cuando refleja, su brillo es afectado? No,
desde luego. ¿Y cuando no refleja nada, cambia su propiedad de reflejar?
Tampoco. ¿Por qué? El espejo no es afectado haya o no haya un objeto, pues su
propia naturaleza es la de reflejar, sin ser de otra manera afectado. ¿Y
entonces? Allí donde no hay reacción no puede haber ni movimiento, ni ausencia
de movimiento. Tomad el ejemplo de la luz del sol. ¿Son sus rayos afectados si
encuentran o no encuentran un objeto? No. ¿Por qué? Porque están desprovistos
de toda forma de sensación. Que no sean afectados encontrando o no encontrando
un objeto, es debido al hecho de que su propia naturaleza es brillar sin
conocer ninguna forma de sensación. La propiedad de reflejar es la de prajna
(el conocimiento), mientras que la de la inmutabilidad perfecta es la de
dhyana. Este método de dhyana y del conocimiento es el que permite al
bodhisattwia alcanzar la iluminación suprema. Por esto está escrito «cuando
dhyana y el conocimiento existen en el mismo plano, es eso lo que llaman
liberación». Pero cuando antes mencionaba la ausencia de sensación, consideraba
la sensación ordinaria y no la sensación de lo sagrado.
¿En que se diferencian?
Las sensaciones
ordinarias pertenecen a la relación sujeto-objeto, mientras que la sensación de
lo sagrado pertenece a la realización de la ausencia de opuestos.
Extractos del Shastra:
Tsung Ching
Un monje pregunto un
día: «¿Por qué prohibe usted la recitación de los sutras y la asemeja a la
utilización de una lengua que os sería extraña?»
Porque aquellos que se
dedican a ello son semejantes a loros que imitan el lenguaje humano sin
comprender su sentido. Los sutras transmiten el sentido profundo de lo que
Budha ha querido decir y los que los recitan sin comprender este significado
repiten solamente las palabras de otro, por eso yo lo desaconsejo.
¿Puede haber un
significado diferente del que emana de los escritos, de las palabras o de los
discursos?
Su manera de hablar
revela que no hace mas que imitar las palabras de otro.
Sin embargo, nosotros
en este mismo momento, también nos servimos de palabras. ¿Por qué oponerse a su
uso de una forma tan absoluta?
Ahora escuche
atentamente: los sutras son escrituras enunciadas en un orden preciso. Cuando
yo hablo, me sirvo de palabras cargadas de un sentido preciso, pero no son
escrituras. Cuando la mayoría de los seres humanos hablan, emplean palabras
sacadas de las escrituras, pero estas palabras están vacías de significado.
Para comprender el significado real, debemos ir más allá de palabras muertas.
Para despertarnos a la ley fundamental debemos elevarnos más allá de las
escrituras. El dharma está más allá de las palabras y de las escrituras. ¿Cómo
buscarlo en un amasijo de frases? Los que están en la vía de la iluminación
olvidan toda formulación cuando han alcanzado el sentido profundo. Despiertos a
lar ealidad, olvidan la doctrina, como el pescador que, cogido el pez, ya no se
interesa por la red, o el cazador que, después de haber atrapado el conejo,
olvida su lazo.
¿Qué entiende usted por
percepción justa?
La percepción de que no
hay nada que percibir.
¿Qué quiere decir eso?
Eso quiere decir:
contemplar toda clase de formas, pero sin ser afectado de ninguna manera, sin
que en la mente surga ningún sentimiento de simpatía o antipatía. A alcanzar
este estado se le dice obtener el ojo de Budha, que no es otra cosa que la
propia visión de Budha. Por el contrario, si el espectáculo de variadas formas
hace surgir la simpatía o la antipatía, es acceder a darles una existencia
objetiva, por tanto tener el ojo de un ignorante, pues en realidad, los
ignorantes no tienen otra clase de visión. Lo que se ha dicho aquí a propósito
del órgano de la visión es aplicable a los otros órganos de percepción.
¿Es grande prajna?
Lo es.
¿Cómo de grande?
Sin límite.
¿Es pequeño prajna?
Lo es.
¿Cómo de pequeño?
Tan pequeño que es
invisible.
¿Dónde está?
¿Dónde no está?
Extractos de the zen teaching of hui hai, trad. por John Blofeld, Rider
and co (London). Hui Hai (+788), conocido bajo el
nombre «La Gran Perla», era el sucesor de Ma-Tsu, eminente descendiente del 6º
patriarca.
Por Hui Hai
Traducido por Isabel
Dorronsoro
Fuente: Revista SER -
Una aproximación a la no-dualidad (Nº 0, 1.991)
Fuente: No-Dualidad