sábado, 1 de abril de 2017

ÍNDIGO.- NUEVOS RUMBOS PARA LA EDUCACIÓN: ¿SON ÉSTOS NUEVOS PARADIGMAS?


La respuesta es no. Son, por el contrario, muy antiguos, muy cerca de las enseñanzas de los sabios indígenas, muy cerca de lo que enseñaban Platón y Sócrates, muy cerca de las grandes
escuelas filosóficas y religiosas del pasado, donde el estudiante aprendía primero a ser.
En un futuro muy cercano, los trabajos y las características laborales van a cambiar dramáticamente. Los trabajos del futuro estarán basados en tres principios básicos

:
- la noción de servicio
- la noción de cooperación
- el trabajo en equipo.

EL REGRESO DEL MESIAS.- CAP. 9: EL CAMINO


Este es un término que popularmente se le da a quien camina, sea para el lado que sea. Podemos decir que es una línea que conduce a un lugar, a este término debemos analizarlo en tres formas:

Es por donde van las grandes masas, impulsadas por fuerzas que desconocen: odio, lujuria, envidia, codicia, celos, mala voluntad, amor propio, etc. etc. etc
Ese camino, como es sabido de todos, no puede conducir a otro lugar que al abismo, de donde no hay regreso. Toda persona que lleve dentro de sí estos elementos perversos, puede pertenecer a la religión, a la creencia que sea, pero va camino al abismo y entre más aplace la toma de una decisión justa para regenerarse, más denso se le va poniendo el camino. Por razón de que todos los que le rodean en ese camino también llevan dentro toda esta maldad o perversidad.


EL segundo camino es por donde todo el mundo marcha en concordancia con sus deberes,  obligaciones, compromisos de tipo material: este segundo camino no es malo ni bueno, simplemente  es el que usamos comúnmente para poder sobrevivir.

FRANCISCO DE ASÍS.- CAP. 6: EL CRUCIFIJO DE SAN DAMIÁN


En un pasaje de su Testamento, Francisco habla de su juventud, y dice:
 

«Y el Señor me dio una tal fe en las iglesias, que así sencillamente oraba y decía: "Te adoramos, Señor Jesucristo, también en todas tus iglesias que hay en el mundo entero, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo".
»Después, el Señor me dio y me da tanta fe en los sacerdotes que viven según la forma de la santa Iglesia Romana, por el orden de los mismos, que, si me persiguieran, quiero recurrir a ellos. Y si tuviera tanta sabiduría cuanta Salomón tuvo, y hallara a los pobrecillos sacerdotes de este siglo en las parroquias en que moran, no quiero predicar más allá de su voluntad. Y a éstos y a todos los otros quiero temer, amar y honrar como a mis señores. Y no quiero en ellos considerar pecado, porque discierno en ellos al Hijo de Dios, y son señores míos. 
 Y lo hago por esto, porque nada veo corporalmente en este siglo del mismo altísimo Hijo de Dios, sino su santísimo cuerpo y su santísima sangre, que ellos reciben y ellos solos administran a los otros. Y quiero que estos santísimos misterios sean sobre todas las cosas honrados, venerados y colocados en lugares preciosos».

 "Lugares preciosos": estas palabras designan no sólo las iglesias, sino también los tabernáculos, en que se reserva el Santísimo, y aun los vasos sagrados del altar, como los copones, píxides, etc...
Por este documento, que data de los últimos años de su vida, sabemos auténticamente cuáles fueron siempre los sentimientos de nuestro personaje para con la Iglesia y el clero; y este autotestimonio ha sido plenamente confirmado por todos sus biógrafos.
Referido queda más arriba cómo Francisco demostraba gran interés por las iglesias, contribuyendo con sus propias manos a restaurarlas y embellecerlas.
Hoy día mismo, los alrededores de Asís están sembrados de santuarios casi en ruinas, iglesias o capillas edificadas a la vera de los caminos, que se mantienen siempre cerradas con candado y donde rarísimas veces se celebran oficios divinos. Mirando hacia el interior, se ve un altar con manteles todos arrugados y rasgados, floreros con flores de papel cubiertas de polvo, candeleros de madera que nunca han sido dorados y ahora están cenicientos y carcomidos. 
Sin embargo, abandonadas y todo, la visita de estas iglesias deja en el ánimo del viajero no sé que extraña impresión de piadoso recogimiento, que se aumenta todavía cuando, al penetrar en ellas, se encuentra uno con frescos borrosos pintados en los muros por aquellos discípulos de Giotto o de Simón Martini que, en el siglo XIV, visitaron hasta las más apartadas ciudades y los más ignorados ángulos de los Apeninos. La pila de agua bendita está vacía y polvorienta. La única música que allí escucha el visitante cuando se arrodilla para rezar, es el susurro de los castaños agitados por el viento, o el murmurar de los arroyos saltadores que, desde la cima de las montañas, bajan presurosos en busca de su lecho de piedras.

Libro el Yoga de Jesus Capitulo VII ( El Yoga del Amor Divino que enseño Jesus

 

LAS BIENAVENTURANZAS
“Y, tomando la palabra, les enseñaba diciendo: “Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los Cielos”. (Mateo 5:2- 3).
Referencia paralela: “Y él, alzando los ojos hacia sus discípulos, decía: “Bienaventurados los pobres, porque vuestro es el Reino de Dios”. (Lucas 6:20)
Cuando Jesús enseñaba, les transmitía a sus discípulos – tanto a través de la voz como de los ojos- su divina fuerza vital y su sagrada vibración, a fin de que serenamente se sintonizaran con él y se llenasen de magnetismo divino, de manera que, mediante el entendimiento intuitivo, fueran capaces de recibir plenamente su sabiduría.
Los poéticos versículos de Jesús que comienzan con la palabra “Bienaventurados…” son conocidos como las Bienaventuranzas o Beatitudes. “Beatificar” es hacer supremamente feliz a alguien.
La beatitud o bienaventuranza significa la bendición – la dicha- del Cielo.
Jesús deja aquí asentada, con fuerza y simplicidad, una doctrina de principios morales y espirituales cuyo eco sigue resonando sin decrecer a lo largo de los siglos.
Por medio de estos principios, la vida del hombre queda bendecida, colmada de bienaventuranza celestial. La palabra “pobres”, tal como se halla expresada en la primera bienaventuranza, significa “desprovistos de todo engalanamiento superficial externo relacionado con la riqueza espiritual”. Aquellos que poseen verdadera espiritualidad jamás hacen alarde de ella; más bien expresan con naturalidad una humilde ausencia de ego y de sus vanagloriosos adornos.
Ser “pobre de espíritu” significa que uno ha despojado su propio ser interno, su espíritu, del deseo y apego por los objetos materiales, las posesiones terrenales, los amigos de mentalidad mundana y el amor humano egoísta.
Mediante la purificación inherente a esta renuncia interior, el alma se percata de que siempre ha poseído todas las riquezas del Reino Eterno de la Sabiduría y la Bienaventuranza, y desde ese momento reside en dicho Reino, comulgando sin cesar con Dios y sus santos.
La pobreza “de espíritu” no implica que hayamos de convertirnos necesariamente en indigentes, pues, al privarnos de aquello que es esencial para el cuerpo, la mente podría distraerse y apartarse de Dios.
Lo que en realidad significa es que no debemos conformarnos con las posesiones materiales en lugar de conseguir la abundancia espiritual. Las personas materialmente ricas pueden ser pobres en desarrollo espiritual interior si su opulencia provoca el hartazgo de los sentidos, en tanto que quienes han elegido ser materialmente “pobres” –quienes han simplificado las condiciones externas de su vida para dedicar tiempo a Dios- cosecharán beneficios espirituales y un grado tal de plenitud que ningún tesoro de este mundo podría jamás comprar.
Jesús elogió de esta manera a las almas que son pobres de espíritu, completamente libres del apego a la fortuna y a las metas mundanas personales por haber preferido la búsqueda de Dios y el servicio a los demás: “Sois benditos a causa de vuestra pobreza. Esta os abrirá las puertas hacia el reino de Dios, quien todo lo provee y os aliviará tanto de las necesidades materiales como de las espirituales por toda la eternidad.
¡Bienaventurados los que tenéis carencias y buscáis a Aquel que es el único que puede aliviar vuestras deficiencias para siempre¡.
Cuando el espíritu del hombre renuncia mentalmente al deseo por los objetos de este mundo, porque sabe que son ilusorios, perecederos, engañosos e impropios del alma, comienza a hallar el gozo verdadero en la adquisición de esas cualidades espirituales que le satisfacen de forma permanente. Al llevar con humildad una vida de simplicidad externa y de renunciación interior, saturada del gozo y la sabiduría celestiales del alma, el devoto finalmente hereda el reino perdido de la bienaventuranza inmortal.

Libro el Yoga de Jesus Capitulo VI -(IIº Escrito) El verdadero significado de "Creer en su Nombre" y de la Salvación


Capitulo VI (Escrito II)El verdadero significado de "Creer en su Nombre" y de la Salvación
El reconocimiento de la inmanencia de Dios puede comenzar de un modo tan simple como lo es la expansión de nuestro amor, a fín de abarcar un círculo cada vez más amplio.
El ser humano se condena a las limitaciones cada vez que piensa únicamente en su propio y pequeño ser, en su propia familia, en su propio país.
El proceso de expansión es parte inherente de la evolución de la naturaleza y del hombre en su camino de regreso hacia Dios.
La exclusividad de la conciencia familiar-“nosotros cuatro y nadie más”-es incorrecta.
Hacer caso omiso de esta familia más extensa que es la humanidad implica ignorar también al Cristo Infinito.
Aquel que se desvincula de la felicidad y el bienestar de los demás se ha condenado ya a sí mismo a quedar aislado del Espíritu que impregna todas las almas, puesto que quien no se expande en el amor y servicio a Dios que se rinde a través del amor y servicio al prójimo desprecia el poder redentor de la conexión con la universalidad de Cristo.

Libro el Yoga de Jesus Capitulo VI El verdadero significado de "Creer en su Nombre" y de la Salvación


Capitulo VI
El verdadero significado de "Creer en su Nombre" y de la Salvación
“Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su hijo unigénito, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por él”.
El que cree en él, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del hijo unigénito de Dios”.
“Y la condenación está en que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas”. Pues todo el que obra mal aborrece la luz y no va a la luz, para que no sean censuradas sus obras. Pero el que obra la verdad, va a la luz, para que quede de manifiesto que sus obras están hechas según Dios”. (Juan 3: 16-21).

Libro el Yoga de Jesus Capitulo V (III Escrito) Como "Elevar al Hijo del Hombre" al Estado de Conciencia Divina.


Capitulo V (III Escrito) Como "Elevar al Hijo del Hombre" al Estado de Conciencia Divina.
Todos los seres humanos han aprendido a entrar en la subconciencia durante el sueño y todos pueden, asimismo, dominar el arte del éxtasis supraconsciente, que es una experiencia infinitamente más placentera y reparadora que aquella que se puede obtener del sueño. Este estado superior nos brinda la percepción constante de que la materia es una condensación de aquello que Dios imagina, del mismo modo que, al dormir, nuestros sueños y pesadillas son una creación efímera de nuestros propios pensamientos, condensados o “congelados” en experiencias visuales mediante el poder objetivador de la imaginación.

La persona que sueña no sabe que una pesadilla es irreal hasta que despierta. Así también, sólo a través del despertar en el Espíritu- la unidad con Dios en el estado de samadhi- puede el ser humano desvanecer el sueño cósmico de la pantalla de su conciencia individualizada. La ascensión en el Espíritu no es algo que se pueda lograr fácilmente, porque cuando una persona es consciente del cuerpo, se halla a merced de su segunda naturaleza, caracterizada por persistentes hábitos y estados de ánimo negativos. Es preciso vencer, sin intimidarse, los deseos del cuerpo.


El “ hijo del hombre”, que se encuentra sujeto a las ataduras del cuerpo, no puede ascender a la libertad celestial simplemente conversando acerca de ella: debe aprender cómo desatar el nudo enrollado de la fuerza kundalini, situado en la base de la espina dorsal, para trascender así su confinamiento en la prisión corporal.
Cada vez que meditamos profundamente, ayudamos en forma automática a invertir el flujo de fuerza vital y conciencia para que se dirija de la materia hacia Dios. Si no se eleva la corriente del nudo astral que se halla en la base de la columna vertebral mediante el recto vivir, los buenos pensamientos y la meditación, se acentuarán en la vida los pensamientos egoístas. Con cada acción bondadosa que el hombre realiza, éste “asciende al cielo”: su mente se enfoca más en el centro crístico de percepción celestial; con cada acción malvada, desciende a la materia y su atención queda atrapada por los fantasmas de la engañosa ilusión.
El despertar de la fuerza kundalini es una tarea sumamente difícil y no puede lograrse de manera accidental. Se requieren años de coordinados esfuerzos en la meditación bajo la guía de un gurú competente antes de poder soñar con liberar de su cautiverio en la prisión física, mediante el despertar de la kundalini, al celestial cuerpo astral. Aquel que puede despertar la fuerza kundalini se aproxima rápidamente al estado crístico. El ascenso por ese sendero enrollado abre el ojo espiritual de visión esférica, el cual revela el universo entero que rodea al cuerpo y que se halla sostenido por la luz vibratoria de los poderes celestiales. Los sentidos de la vista, el oído, el gusto, el tacto y el olfato se asemejan a cinco reflectores que nos muestran la materia. Cuando emerge la energía vital a través de los rayos sensoriales, el hombre se siente atraído hacia los bellos rostros, los sonidos cautivantes y los atrayentes aromas, sabores y sensaciones táctiles. Esto es natural. Pero aquello que es natural para la conciencia atada al cuerpo no lo es para el alma. Sin embargo, cuando esa divina energía vital se retira de los autocráticos sentidos y asciende a través del sendero espinal hasta alcanzar el centro espiritual de percepción infinita situado en el cerebro, el faro de energía astral se proyecta hacia la inconmensurable eternidad y revela al Espíritu universal.
El devoto es, entonces, atraído por lo supremamente Sobrenatural, la Belleza que supera toda belleza, la Música que trasciende todas las músicas, el Gozo que está más allá de todo gozo. Puede haber contacto con el Espíritu en el universo entero y escuchar la voz de Dios reverberando en todas las esferas. La forma se disuelve en Aquello que es Sin Forma. La conciencia del cuerpo, confinada en una forma temporal y pequeña, se expande de manera ilimitada hasta fundirse en el eterno Espíritu sin forma. Jesús explica que jamás perecerá quien crea en la doctrina que consiste en elevar la conciencia corporal (el hijo del hombre) para llevarla del plano físico al astral mediante la reversión de la fuerza de vida a través del conducto serpentino situado en la base de la espina dorsal; es decir, no estará sujeto a los cambios mortales de la vida y de la muerte, sino que adquirirá gradualmente el estado de inmutabilidad: la Conciencia Crística, el Hijo de Dios.

Libro el Yoga de Jesus Capitulo V (II Escrito) Como "Elevar al Hijo del Hombre" Al Estado de Conciencia Divina.


Capitulo V (II Escrito) Como "Elevar al Hijo del Hombre" al Estado de Conciencia Divina.
En los Evangelios, Jesús enfatiza una y otra vez el hecho de que todos pueden lograr aquello que él logró. El siguiente comentario que le hace a Nicodemo muestra de qué manera es posible:
“Y como Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que crea tenga en él la vida eterna y no perezca”.
Jesús señala que cada hijo del hombre, cada conciencia corporal, debe elevarse del plano de los sentidos al reino astral revirtiendo la corriente de la fuerza vital que se dirige hacia el exterior, en dirección a la materia, con el fin de que ascienda por el conducto enrollado en forma de serpiente que se encuentra en la base de la espina dorsal: el hijo del hombre se eleva cuando esta fuerza serpentina asciende, “como Moisés elevó la serpiente en el desierto”.

Al igual que hizo Moisés, debemos reascender en el desierto espiritual de silencio donde cesaron todos sus deseos y elevó su alma a través del mismo sendero por el cual había descendido- desde la conciencia corporal a la conciencia de Dios. Como se explicó anteriormente, los cuerpos físico, astral y causal del ser humano están ligados entre sí y funcionan como uno solo debido al anudamiento de la fuerza vital y de la conciencia en los siete centros cerebroespinales. En el orden descendente, el último lazo es un nudo enrollado que se encuentra en la base de la columna vertebral, el cual impide el ascenso de la conciencia hacia el celestial reino astral.

Libro el Yoga de Jesus Capitulo V Como "Elevar al Hijo del Hombre" al Estado de Conciencia Divina.


CAPITULO V
Cómo elevar al Hijo del Hombre"Al Estado de Conciencia Divina.
“Respondió Nicodemo: “Cómo puede ser eso?”. Jesús le respondió: “Tu eres maestro en Israel y ¿no sabes estas cosas? En verdad, en verdad te digo: nosotros hablamos de lo que sabemos y damos testimonio de lo que hemos visto, pero vosotros no aceptáis nuestro testimonio. Si al deciros cosas de la tierra, no creéis, ¿cómo vais a creer si os digo cosas del cielo?. “Nadie ha subido al cielo sino el que bajó del Cielo, el Hijo del hombre, que está en el cielo”. Y como Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que crea tenga en él la vida eterna y no perezca”. (Juan 3:9-15)
Al dirigirse a Nicodemo, Jesús señaló que el solo hecho de desempeñar el cargo ceremonial de maestro de la casa de Israel, no le garantizaba la comprensión de los misterios de la vida.
A menudo, se otorgan dignidades religiosas a ciertas personas en virtud de su conocimiento intelectual de las escrituras, pero sólo se puede obtener una comprensión total de las profundidades esotéricas de la verdad por medio de la experiencia intuitiva. “Nosotros hablamos de lo que sabemos” implica un conocimiento más profundo que la información que puede obtenerse a través del intelecto y del raciocinio, que dependen de los sentidos.
Dado que estos últimos son limitados, también lo es el entendimiento intelectual. Los sentidos y la mente son los portales externos por los cuales el conocimiento se introduce en la conciencia.
El conocimiento humano penetra por medio de los sentidos, y la mente lo interpreta.
Si los sentidos se equivocan en lo que perciben, la conclusión que el entendimiento obtenga a partir de esa información será también incorrecta. Una tela de gasa blanca que ondea a la distancia puede parecer un fantasma, y una persona supersticiosa tal vez crea que lo es; pero una observación más detenida revelará que esa conclusión es errónea.
Los sentidos y el entendimiento son fácilmente víctimas del engaño porque no captan la verdadera naturaleza, ni el carácter, ni la sustancia esenciales de todo lo creado. Jesús, en virtud de su intuición, poseía un conocimiento pleno del noúmeno que sostiene el funcionamiento del cosmos y la diversidad de la vida. Por esa razón, pudo decir con autoridad: “Nosotros sabemos”. Jesús se hallaba en sintonía con el gran plan de manifestación que subyace en el espacio entero y que está más allá de la visión terrenal.

LAS LEYES ESPIRITUALES DE VICENT GUILLEM (INTRODUCCIÓN)


PREFACIO
El contenido de este libro es un mensaje de amor para toda la humanidad.
No importa cómo ha sido recibido ni de quién viene. Lo que importa es el contenido del mensaje. Eres libre de hacer lo que quieras con él, desde ignorarlo, criticarlo, censurarlo, hasta aplicártelo a tu propia vida. Esto último es lo que yo he hecho, aunque antes de ello haya podido pasar por alguna de las etapas anteriores.

Por tanto, dejo a tu criterio el decidir si el personaje de Isaías, mi interlocutor y protagonista de este libro, es un recurso literario o existe de verdad, si el diálogo entre él y yo que encontrarás expuesto en las siguientes páginas ha existido o no en realidad y en qué condiciones se ha producido. En cualquier caso, lo que sí es cierto es que es un mensaje escrito con el corazón para el corazón, tu corazón.
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