Hola! Herman@s Quiero compartir con ustedes Enseñanzas de los Maestros Ascendidos y de otros Maestros que han traído tanta Luz a nuestros corazones y hoy, nos pueden enseñar como hacerlo, teniéndolos a ellos como ejemplo y como guías invaluables, que a través del Amor Divino, iluminan nuestro camino hacia la Luz.
miércoles, 15 de marzo de 2017
VIDA IMPERSONAL DE JOSEPH BENNER.- " MEDIUMS Y MEDIADORES" cap.14
Tú, quien en tu deseo de servirMe, te has sumado a alguna iglesia, organización religiosa, sociedad oculta u orden espiritual de cualquier naturaleza que sean, teniendo en cuenta de antemano que ayudando al desarrollo y sostenimiento de esa clase de agrupaciones te haces grato a Mi, y que, por tanto recibirás de Mí favores especiales; tú, que así piensas, atiende a estas Mis Palabras y medítalas hondamente.
Ante todo, sabe que Yo ya estoy satisfecho de ti, porque, de cierto, tú no haces nada que Yo no te haga hacer; y siempre, e invariablemente, lo haces para cumplir Mi Propósito, no obstante que a veces podrá parecerte que estás actuando contrariamente a Mis deseos y sólo para satisfacer los tuyos propios.
Sabe también que Yo proporciono a todas las mentes las adecuadas experiencias de vida que necesitan, las cuales utilizo tan sólo para preparar el cuerpo, despertar el corazón y desarrollar la conciencia, a fin de que puedan comprenderMe, y, así, Yo exprese por ellos, cada día mejor, Mi Idea.
Yo inspiro, asimismo, a todas las mentes con vislumbres de Mi y de Mi Idea sirviéndoMe para ello de tales experiencias, y he hablado a muchos también a través de la inspiración, quienes habiendo recogido Mis Palabras y habiéndolas trasladado al papel, han publicado libros que han servido para dar a conocer esas Mis Palabras a otras muchas mentes. Y yo he hecho que tales Palabras sirvan para despertar la conciencia y los corazones de muchos que ya están preparados para recibirlas; sin embargo, es posible que los escritores o preceptores no hayan tenido una verdadera comprensión de Mis Enseñanzas.
A muchos cuyas mentes Yo he inspirado en la forma antes dicha, les he hecho convertirse en guías e instructores, quienes, al efecto, organizan iglesias, sociedades y cultos, atrayendo hacia ellos, por ese medio, a muchos simpatizadores buscadores, a fin de que Yo, a través de las palabras que por ellos hablo, pueda despertar muchos corazones, muchas mentes de los que ya están preparados para reconocerMe.
Mas sabe que Soy Yo, el Impersonal, Uno en lo interno, el que hace todo esto, pues esos guías e instructores nada hacen, como no sea servir de instrumentos de expresión a Mi Idea, a fin de hacer posible que ésta llegue a la conciencia de aquellos a quienes Yo atraigo hacia tales guías o instructores, para tal propósito.
Porque sabe, asimismo, que la mente es sólo un conducto y el intelecto un instrumento, los que Yo uso impersonalmente, siempre y cuando los necesito para expresar Mi Idea; y que sólo hasta que el corazón ha sido despertado y se ha abierto ampliamente para contenerMe, puede el hombre con su mente e intelecto mortales comprender Mi Propósito, cuando Yo expreso por él Mi Idea.
Ahora bien, tú, en tu deseo de servirMe, puedes haberte encontrado con algún preceptor o guía, cuya personalidad crees que ya me toma en cuenta en su corazón, a juzgar por las palabras aparentemente maravillosas que Yo hablo por él.
Y tú, en tus dudas y ansiedad por serMe grato o en tu "temor de Dios", como le llamas, si no cumples con Mis Mandamientos, puedes muy bien, a causa de ello, haber acudido a tal guía o preceptor -a quien, sin duda, se le considera como un sacerdote o sacerdotisa del Altísimo- pensando encontrar a través de él Mi Mensaje especial para ti, o las palabras de ayuda y consuelo de algún "Maestro" o "Director" del “espacio” (lado espiritual de la vida), quien tú creíste que fue Mi Emisario.
Puedes acudir a uno o a otros, si gustas. Mas, ¡entiéndelo bien! Soy yo quien te coloca ante tal alternativa, si no quieres o no puedes sentirte satisfecho con esperar Mi respuesta o confiar en la ayuda que te otorgaré como y cuando Yo lo determine.
Sí, y aun Yo te conduzco a él y hago que pongas toda tu fe y confianza en tal sacerdote o sacerdotisa, dejando que te alimentes con los consejos "espirituales" y enseñanzas que puedes asimilar de tal "Maestro" o "Director". Hasta que finalmente, algún día, triste y humillado por la desilusión que en su momento y de manera inevitable tendrá que venirte, seas obligado de nuevo a recurrir a ti mismo en busca de Maestro interno, es decir, de Mí, tu propio y Verdadero Ser.
Sí, todo el miserable engaño, toda la disciplina a que fuiste sometido, todo el aprovechamiento que se hizo de tu ardor y devoción -para no hablar de tu dinero y servicios prestados- hacia lo que tú creíste que era Obra Mía y que egoístamente te hurtaron y utilizaron ellos para levantar y fortalecer su propio poder personal y falso prestigio entre sus seguidores; alimentando a cada uno de vosotros con bastante sagaces lisonjas y entreteniéndoos con agradables promesas de adelanto espiritual, junto con una fina sofistería a guisa de elevadas y hermosas enseñanzas que os halagaban, conservándoos, y por tal razón, ligados a ellos, a fin de que siguierais sosteniendo y dando honor y gloria a ellos; siempre manteniendo sobre vosotros el látigo de Mi "enojo o "ira divina", si no recibían de vuestra parte fe ciega y obediencia en todo; sí, todo esto Yo Soy el que os lo traigo a vosotros, porque precisamente eso es lo que deseáis y buscáis, y porque el Deseo es, de cierto, el agente de Mi Voluntad.
Es muy posible que estés dando a algún maestro de otra clase, o "santo", ya sea del mundo visible o invisible, y a pasar de todo lo verdadero, bien intencionado, sabio y espiritual -el que crees que no merece ser clasificado entre los que he mencionado anteriormente-, tal vez a ése, digo, le estés dando todo tu amor, devoción ciega y obediencia, y aun puedes estar recibiendo de él lo que tú crees enseñanzas y guía de inestimable valor.
Todo eso está muy bien mientras acabas de recibir aquello que buscas o crees que necesitas, pues ten entendido que Yo proporciono lo que es necesario para satisfacer todos los deseos, pero sabe que todo ello es vano e ineficaz, en lo que al resultado apetecido se refiere, pues toda búsqueda o deseo de adelanto espiritual, también es de la personalidad, y, en consecuencia, egoísta, conduciendo, por ello, sólo a la desilusión, al fracaso y a la humillación.
Mas, si te es posible comprenderlo, sabe que es gracias a la desilusión y a la humillación como es posible obtener verdaderos resultados, porque todo ello fue precisamente el camino que Yo abrí ante ti y hacia el que te conduje cuando te presenté la posibilidad de obtener ayuda de algún maestro humano; y tal desilusión y humillación son precisamente a lo que Yo te llevé, con el objeto de hacerte, una vez más, humilde y dócil como niño, ya que sólo así es como se está preparado para escuchar y obedecer Mi Palabra hablada de lo interno, y sabe que sólo oyéndola y obedeciéndola es como tú puedes entrar a Mi Reino.
Sí, toda búsqueda externa tiene que terminar en la forma ya dicha, y no servirá sino para hacerte volver hacia Mi, agotado, desnudo, muerto de hambre y anheloso de escuchar sólo Mi Enseñanza, a la vez que resuelto a hacer cualquier cosa que fuere preciso para obtener tan sólo una migaja de Mi Pan, el cual desdeñaste antes en tu obstinada presunción, no creyéndolo suficientemente bueno para tu Espíritu orgulloso.
Pero sabe ahora, si ya estás harto de enseñanzas y maestros, y estás seguro, a la vez, de que sólo en tu interno se halla la Fuente de Sabiduría, que estas palabras habrán de llevar a tu corazón gozo indescriptible. Porque, ¿no te confirman, acaso, lo que tú ya habías sentido en tu interno como verdadero?
Mas para ti, que aun no puedes comprender esto y necesitas por tanto un Mediador, para ti he provisto la historia de Jesucristo, crucificado por tu redención; ella te hace ver claramente cómo deseo Yo que tú vivas, de modo que por la crucifixión de tu personalidad puedas elevarte, en conciencia, a la unidad conMigo.
En cambio, para ti que eres ya lo suficientemente fuerte para acogerlo, a ti Yo digo que no necesitas ningún mediador entre tú y Yo, porque ya somos Uno. Si puedes comprenderlo, sabe que puedes venir directamente a Mí, en conciencia, desde luego; sí a Mí, Dios en tu interno, donde Yo te recibiré y morarás conMigo por los siglos de los siglos, tal como acontece ya con Mi Hijo Jesús, el Hombre de Nazareth, a través de quien YO SOY aún el que Me expreso, al igual que lo hice hace mil novecientos años y como algún día le haré por tu conducto.
Ahora bien, para ti a quien te extraña sobremanera cómo y por qué es posible que Yo diga cosas tan hermosas y espirituales a través de personalidades que no viven de acuerdo con las enseñanzas que dan, en apariencia, de sí mismos; a ti Yo digo:
Yo uso Impersonalmente todos los conductos para expresar el significado de Mi Propósito.
A algunos los he preparado para ser mejores medios de expresión que otros, aunque ellos personalmente no sepan de mí.
Yo he abierto muy ampliamente el corazón de muchos otros, para que mejor Me den cabida, con lo cual se hacen más conscientes de su unidad conMigo.
Otros ya han llegado a unificarse conMigo, a tal grado, que de cierto ya no se sienten separados de Mi en conciencia; en éstos es en quienes Yo vivo, Me muevo y expreso Mi naturaleza Espiritual.
Desde las primeras épocas de expresión sobre la tierra, Yo preparé a Mis Sacerdotes, a Mis Profetas y a MIS Mesías, a fin de que dieran al mundo una visión de Mi Idea, es decir, Mi Verbo, el que finalmente se hará carne.
Pero ya sea que hable por un Sacerdote, Profeta o Mesías, como a través de un niño o de tu peor enemigo, lo cierto es que las palabras que tanto te atraen son las que el YO SOY de Ti habla, a través del organismo de tal o cual medio de expresión, a la conciencia de tu Alma.
Si algún número de vosotros os reunís para oír Mi Palabra, hablada a través de alguno de Mis Sacerdotes, no es el Sacerdote de sí mismo, sino Yo, en el corazón de cada oyente, Quien hago salir de boca del Sacerdote las vitales palabras que él pronuncia, para llevarlas hasta lo más íntimo de cada oyente y asimilarlas a su conciencia. El Sacerdote no sabe que lo que él dice te ha impresionado a tal grado, y aun puede hasta no comprender todo el significado, Mi Significado, que encierran las palabras que dirige a su auditorio.
Pero Yo, por estar en lo interno del Sacerdote y en lo interno de los oyentes, hago salir, de la devoción hacia él y la creencia en Mí combinadas, consciente o inconscientemente manifestadas por los allí reunidos, la Fuerza Espiritual que sirve como vehículo o línea de conexión, gracias a la cual Yo logro impresionar la conciencia de aquellas mentes que han venido siendo preparadas para comprender Mi Significado. Y esto acontece de tal manera que, aunque Yo hablo las mismas palabras para todos, no obstante, ellas contienen un mensaje distinto y separado para cada uno, y ninguno se entera de nada más que no sea el mensaje que Yo hablo para él; porque Yo, en tu interno, escojo de las palabras sólo aquel significado que quiero para ti; y así en lo interno de tu hermano y hermana, Yo igualmente escojo el significado que para ellos más les aprovecha.
Cuando dos o tres de vosotros os reunís en Mi Nombre, allí siempre Yo estoy; porque debéis saber que la Idea que os hizo reunir a cada uno de vosotros, Yo la inspiro de Vuestro interno, porque ella es Mi Idea. Y de la reunión de todas esas aspiraciones hacia Mí, Yo creo un medio o vehículo gracias al cual voy elevando a la conciencia del Alma, para que pueda ir percibiendo las vislumbres de Mí que cada quien va siendo capaz de comprender.
A cada Sacerdote, a cada Maestro y a cada Médium, Yo le hago saber esto instintivamente, porque ellos son Mis Ministros, los elegidos por Mí; y Yo también Soy el que hago despertar en ellos el deseo de rodearse de muchos seguidores, pero todo para que Yo pueda avivar, en los corazones de aquellos que ya están listos, una conciencia que les haga sentir Mi Presencia en su interno. El Sacerdote, el Maestro o el Médium, por sí mismos, pueden no haberMe reconocido nunca en su interno, y aun pueden estarMe considerando como la entidad personal de algún maestro, guía o salvador, pero fuera, aparte e separado de ellos mismos; no obstante eso, hay muchos a quienes Yo guío hacia esos Mis Ministros, en quienes gracias e ciertas palabras que les hago hablar, unidas a la Fuerza Espiritual proporcionada por el anhelo de los oyentes, se hace posible que Yo despierte a la conciencia de cada Alma anhelante, a una real comprensión de Mí, el Uno Impersonal, que tiene su asiento en lo interno, es decir, en el preciso centro de todos, en el corazón de cada uno.
Porque el YO SOY de Mi Ministro y el YO SOY de cada uno de los seguidores son Uno, uno en conciencia, uno en comprensión, uno en Amor y uno en propósito, cuyo propósito es el cumplimiento de Mi Voluntad.
Y este YO SOY, que es completamente impersonal y no conoce ni tiempo, ni espacio, ni identidades diferentes, sólo utiliza las personalidades, tanto del Ministro como de sus seguidores, así como las circunstancias de contacto personal entre ellos, todo como medios apropiados para dar voz a Mi Idea, que siempre está pugnando desde o interno por expresarse en lo externo.
A aquellos Ministros que se aprovechan de la confianza en ellos depositada por Mis seguidores y la usan para sacar avante sus propósitos privados, a su debido tiempo Yo les hago despertar al reconocimiento de Mi Voluntad y de Mi Idea. Mas este despertar, sin embargo, no es del agrado de sus personalidades y casi siempre les ocasiona gran sufrimiento y humillación; pero, en cambio, sus almas se regocijan y entonan himnos de alabanza y agradecimiento hacia Mí cuando hago que eso acontezca.
Así, pues, que no te extrañe que a veces salgan palabras de Verdad de bocas aparentemente impreparadas para hablarlas y comprenderlas; y que tampoco te extrañe el hecho de que simples discípulos, a veces despierten más pronto y aun sobrepasen en verdadero desarrollo espiritual a sus propios maestros. Yo, que moro tanto en lo interno del Maestro como del Discípulo, escojo condiciones diferentes y también diferentes maneras para la expresión de Mis Atributos y diferentemente en cada Alma, colocando adecuadamente a cada quien en el justo lugar y momento más apropiado en que puedan completarse y ayudarse de la mejor manera uno al otro; uniendo así a todos, dentro de la expresión de Mi Idea, lo más armoniosamente posible que brinden las circunstancias.
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