Hola! Herman@s Quiero compartir con ustedes Enseñanzas de los Maestros Ascendidos y de otros Maestros que han traído tanta Luz a nuestros corazones y hoy, nos pueden enseñar como hacerlo, teniéndolos a ellos como ejemplo y como guías invaluables, que a través del Amor Divino, iluminan nuestro camino hacia la Luz.
viernes, 28 de abril de 2017
FINALIDAD DE LA GNOSIS
El objetivo de la Gnosis (o ciencia del autoconocimiento revelador) no es algo que descansa sobre quimeras insubstanciales o herejías dogmáticas, como lo han pretendido entender los secuaces del dogmatismo religioso de todos los tiempos. Muy al contrario, la Gnosis ha sido, es y será siempre el SUMUM DEL CONOCIMIENTO ETERNO, que ha permitido a todas las formas filosóficas, místicas o religiosas adentrarse en el terreno de las verdades absolutas y, de este modo, poder ofrecer a la humanidad un camino a seguir para allegarnos hasta el reino inmutable de la verdad.
Cierto es, como bien lo expusiera el V.M. Samael Aun Weor, que la verdad es “lo desconocido de instante en instante y por ello descansa en la profunda intimidad de cada ser humano”.
“La VERDAD, entendida como tal, no podría jamás estar encerrada en un libro o pronunciarse en un discurso, cada quien debe evocarla, crearla y desarrollarla”… Y, por ello, solamente a través de un esfuerzo suprahumano, aquellos que perseveran en su búsqueda podrán, un día, encarnarla y de esta manera conseguir cristalizar, dentro de sí mismos, el misterio de la ENCARNACION DEL SER.
Cristalizar al SER de la filosofía secreta no es cuestión de conceptos o de pareceres ideológicos. Se trata, pues, de una disciplina voluntariamente asumida, practicada de una manera incesante hasta conseguir, después de múltiples esfuerzos físicos, éticos o espirituales, palpar y vivenciar en nuestro continente psicobiológico el tremendo realismo que conforma a nuestro espíritu divino. Para conseguir algo es necesario conocer la metódica que ha de llevarnos a tal fin y, tratándose de conseguir eso que es la raíz de nuestra existencia, eso que está más allá del tiempo y de la relatividad (con todas sus variantes), es obvio que necesitamos de una guía sólida capaz de garantizarnos el triunfo final como premio a nuestras inquebrantes luchas.
Sobra decir que no es nuestro objetivo redefinir la Gnosis, pues ella, en sí misma, es AUTOSUFICIENTE, AUTODIDACTICA Y AUTOCOGNOSCITIVA. De allí emerge la idea de que “la Gnosis pertenece a la intimidad sagrada de cada individuo”. Tan solo queremos puntualizar, ante el veredicto solemne de la conciencia pública, aquellos parámetros que identifican filosóficamente y metafísicamente las posturas que el gnosticismo de todos los tiempos ha sostenido dentro del marco doctrinario.
Mucho es lo que se dice, hoy en día, acerca del mundo de las sectas o de las pseudo religiones que hoy constituyen un verdadero laberinto ideológico. Por todas partes se alzan voces en contra de muchas doctrinas que, ofreciendo un paraíso terrenal, tan solo consiguen sumergir al hombre en un infierno de confusiones constantes que desemboca, invariablemente, en el más terrible escepticismo y desencanto moral y espiritual.
Algunos sabios filósofos han dicho: “la Gnosis siempre aparece en momentos cruciales en los cuales la humanidad se siente despojada de sus principios divinos y le proporciona entonces, al hombre, una nueva visión acerca del por qué de su existencia y de la creación misma”. La Gnosis vive en los hechos y se marchita en las abstracciones subjetivas del intelectualismo. La Gnosis desvela de manera científica todo aquello que está encerrado en los diversos tratados que han emanado de aquellos hombres o mujeres que en el mundo han conocido al SER.
El Talmud hebraico, la Biblia Cristiana, el Bhagavad Gita, el Dhammapada, el libro de las Mutaciones, el Corán, etc., etc., etc., son todas obras sacratísimas que han sido reveladas por el SER a esos pocos que se han atrevido a “dejarlo todo para encontrarlo todo”… Incuestionablemente, esos pocos han sabido interpretar las santas doctrinas porque no se han dejado embotellar por el racionalismo especulativo, huyendo en todo momento de las interpretaciones literales que solo producen fanatismos desgarradores que enloquecen las masas. Los gnósticos despreciamos la letra que mata y buscamos el espíritu que vivifica. Para comprender las eternas verdades hemos de despojarnos de toda clase de prejuicios sociales, de tradiciones dogmáticas y de miedos de toda índole para, entonces, poder experimentar el crudo realismo de eso que es divino…
Eso que llamamos en el argot religioso como DIOS (el creador) y el HOMBRE (como creación) constituyen un binomio indisoluble que, desgraciadamente, se quebró cuando este último se olvidó del primero y cayó en la adoración de sí mismo y de las formas materiales que condicionan su sueño permanente.
La Gnosis siempre nos invitará al despertar y por ello incide, de manera machacona, sobre la necesidad de activar todos los mecanismos psíquicos y biológicos de lo que fuimos dotados desde el amanecer de la creación, para un día abrir nuestros ojos y presenciar la majestad que envuelve al Padre de todas las cosas…
Digamos, para terminar esta introducción, que “DIOS NO TIENE HIJOS PREFERIDOS, PERO SI HIJOS QUE LO PREFIEREN”.
El Apocalipsis Cristiano nos enfatiza: “Desde tiempos de los profetas, el cielo se toma por asalto y solo los valientes lo han tomado”.
“¿Modice fidei quare dubitasti?”
(¿Por qué has dudado, hombre de poca fé?)
OSCAR UZCATEGUÍ
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