Dos pilares tiene la Ley: ama a Dios,
ama a tu hermano.
Como la respiración: inspirar hacia ti mismo,
expeler hacia afuera.
Ama a Dios pero habito en ti,
entonces ámate, descúbreme en tu interior,
protégete, refúgiate en Mí,
perfecciónate, eso es amar a Dios.
Ama a tu hermano, sírvele,
evítale sufrimientos, trabaja por su felicidad,
mejora su vida, ilumina sus sombras,
perdónale, corrígele, sirve a la humanidad,
busca la unidad la justicia y la paz,
eso es amar a tu hermano.
Ambos pilares en equilibrio, en armonía.
Así opera el Amor en una conciencia superior.
Mantente en Amor consciente de Mí
porque no es sólo en lo externo
en donde están los obstáculos al Amor.
Es principalmente en ti mismo, en tu falta de fe,
en tu mente insatisfecha, en tus deseos innecesarios,
en tu imaginación mal guiada, en tus temores injustificados,
en tu egoísmo y aislamiento.
No intentes modificar lo exterior sin claridad interior.
Modifica primero tu actitud, serénate, analiza,
armonízate y comprende,
y lo externo cambiará por tu luz.
Tu mismo te creas tu infierno y tu cielo
con tus acciones, pensamientos y emociones.
Si tuvieras fe y verdaderas ganas de ser feliz,
podrías serlo en este mismo instante,
El Amor no precisa ninguno motivo, está allí,
dentro de ti, esperando le dejes fluir.
Puedes ser feliz simplemente porque existes,
ahora mismo, ya, pero ese estado de conciencia
sólo lo entrega el Amor cuando le dejas apoderarse de ti.
En eso consiste la Maestría.
Porque el Amor siempre está en felicidad
por eso quien ama de verdad siempre es feliz.
Y si tú no lo consigues tú mismo no te lo permites,
prefieres arrastrar una pesada carga:
las exigencias, los requisitos y condiciones
los motivos de tu yo inferior.
En realidad no te interesa tanto la felicidad
porque ella está al alcance de tu mano
en este mismo instante, aquí y ahora,
porque si.
Pero no la elijes, no te sumerges en ella
porque no es ella lo que interesa,
te interesa que se cumpla lo que quieres
y sólo entonces te permitirás ser feliz.
Pero el poder de realizar los deseos está en manos del Amor,
porque el Amor es Dios, y si no ingresas al Amor
tus deseos no se realizarán.
Y si ingresas al Amor en ese instante serás feliz,
y por añadidura podrás realizar los deseos de tu corazón.
De ti depende tu felicidad, de tu capacidad
de salirte de tu personaje e ingresar a tu divinidad.
A veces el salto del polluelo que se lanza a volar por vez primera
no es tan fácil.
A veces el personaje está muy encarnado,
muy arraigados sus temores y apetitos o tiene cuentas pendientes
que en realidad no son másque zonas oscuras en la conciencia
que deben ser iluminadas.
Pero para ayudarte están las escrituras, los Mandamientos y maestros, es para eso este Mensaje,
para ayudarte a ser feliz.
Acércate a Mí poco a poco,
deja atrás tu mal vivir,
no violes más la Ley, sirve a tus hermanos.
Sé veraz contigo mismo y veraz con los demás.
No mientas ni te mientas.
La verdad es el primer atributo del Amor,
es el escudo del justo, la blanca señal en la frente,
la estrella, la espada liberadora.
Di la verdad suave y firmemente,
que tu espada esté perfumada como una flor,
y si no dañas, ni te van a dañar injustamente,
no la ocultes porque ocultar la verdad
por motivos superfluos también es mentir.
Pero conoce primero la verdad,
aprende antes de enseñar,
porque quien enseña falsedades,
aunque sinceramente se las crea
y tenga la mejor intención,
no hace más que repetir mentiras
y por ello también miente.
Obsérvate antes de prometer, conoce primero
tus verdaderas intenciones, tus reales capacidades y posibilidades
porque si prometes en vano te encadenas y encadenas a los demás.
La falta de paciencia, el actuar sin esperar la claridad,
la precipitación, te creará situaciones falsas,
capaces de involucrar a otras personas,
y cuando llegue el momento de la verdad,
a ti te culparán.
Si vive en verdad y eres prudente cuando la desconoces
estarás protegido de vergüenzas.
Que no te domine lo material, tú eres más que materia,
más que el mundo exterior, eres mi templo viviente,
eres sagrado, divino es tu origen, tu raíz.
Eres más que un templo de piedra, más que una catedral.
Catedrales y templos creaciones humanas son
y tú, obra divina, no sólo por ser Yo tu Hacedor,
sino porque además tu ojo es mi Ojo,
tus sentidos son los míos y tu Amor es mi Amor.
Si no te valoras ni respetas, si te esclavizas y degradas
estás mancillando una elevada creación de Dios,
una manifestación de la Divinidad que en tus manos he puesto
y que eres tú mismo.
Bien está que observes tus imperfecciones
y las vayas superando, pero observa también tus virtudes.
Tú dedicas estos minutos a saber de Mí,
a cultivar tu alma, mientras que otros
en estos instantes, proyectan crímenes.
Tienes muchos defectos, pero también virtudes,
la principal de ellas, la que con el tiempo
mayores satisfacciones te brindará,
es la que te hace buscar mi Luz.
Fue ella quien que puso este Mensaje en tus manos
en lugar de cualquier libro banal.
El enemigo interior te muestra tus pequeñas faltas
como si fuesen crímenes terribles, insuperables perversidades.
De allí viene la falta de autoestima, el sentirse sin valor,
demasiado lejos de Dios.
Ten cuidado, valórate, eres hijo mío y además
estás en los Caminos hacia Dios.
Valórate, protégete, no te degrades,
no te asocies a quienes no reconocen tu supremo valor,
tu búsqueda de Dios.
Tampoco te unas a quienes halagan tu vanidad,
ambos buscan tu caída, tu debilidad,
para utilizarte después.
Y si te encuentras muy abajo esclavizado,
mientras en ti exista un rayo de fe siempre puedes volver a Mí
y tus sombras lavaré y te reconstruiré.
Tu pondrás un ladrillo. Yo te pondré cien.
Y tus obras hablarán por ti como siempre,
por sus frutos habla cada cual.
Ninguno que haya venido a mi búsqueda
ha sido por Mí defraudado.
Todo aquél que de verdad me busque,
ciertamente me encontrará,
sin otro intermediario que el Amor.
Religión o doctrinano fundamentada en Amor,
no es capaz de iluminar, no puede liberar de la esclavitud
ni del error.
Y si no libera del error no es más que filosofía,
una creación del intelecto,
un conjunto de preceptos y reglas,
sin la Luz de Dios, un barniz sobre la confusión.
Aunque de brillos fatuos resplandezca,
nada puede mejorar, sólo puede hundir
y confundir.
Religión o Luz verdadera no es creación humana,
proviene de Dios de acuerdo a un Plan Superior.
Tiene fuerza y otorga claridad, libera del error y del sufrimiento
porque se fundamenta en el Amor.
Que no se piense que sólo seres superiores
logran comunión con Dios.
Muchos esgrimen esa mentira para continuar en degradación.
Yo puedo levantar a un corrupto y transformarlo en servidor.
Yo llevo de las sombras a la Luz, porque no hay más Salvador
que el Amor.
Mientras haya fe, nadie está tan sucio
que no pueda Yo limpiarlo,
porque el Amor perdona, purifica y salva,
y siempre te espera con sus Alas abiertas.
Pero cuando ya no queda fe, Yo nada voy a hacer,
porque donde no me llaman,
no voy.
Enrique BARRIOS
Mensaje acuariano
Voz de Dios Amor
No hay comentarios:
Publicar un comentario