Quiero ayudarte a que deseches para siempre
tu temor a la extinción, a que te liberes
de tus innecesarias ataduras y no sufras más.
Cuando hayas dejado ese cuerpo,
si viviste en armonía con el Amor
desde tu luz interior ya lo sabes, algo hermoso te espera.
Pero si viviste causando dolor debes tomar conciencia,
corregirte, experimentar en carne propia
el padecer que produjo tu cruel acción.
Deberás aprender del sufrimiento, ya que no lo hiciste del Amor.
Pero aún estás con vida y me interesa que crezcas.
no que sufras. Es por eso que aquí te oriento,
para que avances por la orilla suave,
la de la conciencia que brinda el Amor.
Si dejas de sembrar espinas y siembras bondad,
si tus manos ya no causan más dolor y hacen el bien,
si de tus pensamientos y de tus labios erradicas toda fricción
y generas armonía y paz, si no te aferras al ayer,
tus pasadas faltas serán borradas como borra el mar
Tus días serán luminosos y cuando llegue la hora de partir
te irás tranquilo y sereno y enfrentarás el juicio que te aguarda
con la frente erguida y la mirada limpia.
Ya que estás con vida estás a tiempo.
Pero si llegas al final con las manos, los labios,
la frente y el corazón sucios sin haber aprendido nada,
sin buenos frutos que mostrar, entonces deberás avanzar
Primero tu alma vagará inconsciente y sonámbula,
adormecida como en un brumoso sueño
por entre las cosas de su pasado, flotando entre la tumba y los recuerdos sin comprender que su cuerpo ha muerto.
Mientras mayor el apego al pasado más largo será
el sueño del alma, hasta que oscuramente comprenda
que adelante están la Vida y la Luz.
Sólo entonces continuará su destino instantes o siglos después.
Y luego te tocará enfrentar el tribunal de tu conciencia,
tu juicio final, el de tu luz sobre tus sombras.
Entonces recordarás el pasado, estarás más vivo
y más consciente que nunca con tu sensibilidad en carne viva,
desnudo de mentiras ante ti.
Aunque durante la vida hayas cubierto tu corazón
con excusas con justificaciones o teorías para negarte a la bondad,
aunque hayas pensado que Dios era mito y superstición el más allá,
recibirás el dolor de la comprensión.
Recordarás lamentando con vergüenza y pena
todo el dolor que hayas causado.
Desearás volver atrás para poder actuar como debías
o dirás que no se te advirtió.
Entonces recordarás mi Palabra tantas veces despreciada
o tu indiferencia hacia mis servidores
que te iluminaban en mis Caminos, y verás que estabas advertido.
Pedirás perdón, pero en juicio no vale arrepentimiento,
deberás demostrarlo en un nueva oportunidad
mientras recibas lo que sembraste.
Y luego del tormento de vergüenza desde tu luz superior,
planificarás la vuelta, establecerás tus compromisos
y juramentos, tu misión y tus desafíos futuros,
y sólo entonces habitarás otro cuerpo, con el ayer en el olvido
como una vaga intuición sumida en lo profundo de tu conciencia.
Tu nueva vida será consecuencia de la anterior,
como tu vida actual la gestaste en el ayer.
Si desde la cuna te toca la desgracia,
si un mal destino te marca al nacer,
es ése el resultado de tu proceder
de acuerdo a la Ley del Amor.
Cada herida que recibas recuérdalo, tu la causaste primero a otro,
acéptala con humildad, sin rencor, es enseñanza, sensibilización,
purificación.
Si humillaste serás humillado.
Si robaste, serás despojado.
Si esclavizaste, serás esclavizado.
Si torturaste, serás torturado.
Si fuiste falso, serás engañado.
Si asesinaste, serás asesinado.
No es venganza, es enseñanza,
y tú elegiste aprender de la forma dura.
Bastaba con escuchar mi palabra y ponerla en tu corazón,
pero cuando el oído es sordo, el corazón cruel y la mano hiriente,
¿cómo si no es viviendo la experiencia en carne propia
puede el alma evolucionar?
Y si fuiste un ser sin espinas según tus obras recibirás.
El Amor es la Ley que juzga toda acción u omisión.
Si estas en duda con el Amor todavía tienes vida
y se te puede perdonar. Basta con que me percibas
en el fondo de tu corazón y que dirija tus obras el Amor.
Pero tu vida es corta y dentro de ese corto tiempo
los momentos de conciencia son escasos
y sólo desde ellos se puede modificar el rumbo.
Este es uno.
No postergues, puede que no llegue
otro momento de claridad en el tráfago de la vida.
Vuelve al Amor tu corazón, busca en Mí tu refugio,
tu poder, tu dicha, y la guía para tu acción.
El Amor y la salvación del sufrimiento,
la felicidad, comienzan por la fe.
El error y la condena, el sufrimiento, comienzan por la duda.
Estas palabras mías nada imponen,
no es del Amor obligar o forzar.
Aquí muestro la Ley, su forma de operar
y la consecuencia que puede esperarse
de la acción de cada cualsegún los Mandamientos del Amor.
Mensaje Acuariano
Enrique Barrios
La Voz de Dios Amor
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