sábado, 25 de marzo de 2017

EL REGRESO DEL MESÍAS: CAPÍTULO 6.- EL OBRERO DE LA GRAN OBRA


Todo buscador de la Verdad, debe convertirse de hecho y por derecho en una persona sencilla, serena, contemplativa, amante del silencio; de un silencio interno, donde no esté presente el bullicio y la conversación de la mente; debe ser muy exigente consigo mismo, debe comprender que la educación que ha recibido a través del tiempo en el hogar, en la escuela, en el colegio, en la universidad, es una educación primaria, pero que la educación que debe tener como obrero de la Obra del PADRE se fundamenta:

Primero, en la organización que debe tener consigo mismo, ubicando en su lugar los pensamientos, emociones, instintos, que estas cosas nos estén revueltas complicándose así con cada una de estas reacciones negativas o egóicas.



Segundo aspecto, siendo un verdadero asiduo estudioso del Cuerpo de Doctrina, y 


Tercero, huyéndole a su comportamiento negativo por conducta gregaria, dejando que cada cual viva su vida y concretándose a su trabajo.


Cada persona tiene dentro de sí a su propio HIRAM HABIF, o arquitecto de nuestra Obra, por lo tanto hay que dejar que el arquitecto de cada persona sea el que dirija su Obra, y no así otra persona.
El obrero de la Gran Obra debe concretarse a quitar lo que le sobra y a poner lo que lo falta, trabajando diariamente, buscando cada día estar más en armonía con su propio SER; ego conocido debe ser
comprendido y puesto de inmediato en el banquillo de los acusados con la finalidad de que la DIVINA MADRE lo vaya atrapando para su desintegración.
Debe alimentar diariamente a la Conciencia con la meditación profunda, con la oración y con la contemplación.

Debe buscar por todos los medios la inspiración para que ésta lo lleve a realizar grandes mutaciones.

El obrero de la Gran Obra en ningún momento debe cometer el error de decir: "Es que ya hice mucho", esto demuestra cansancio, mala voluntad, demuestra inconstancia.
El obrero de la Gran Obra debe ver el tiempo cronológico de su vida como una oportunidad para realizar la Obra; debe tratar de esforzarse, de ver la Obra del PADRE como el único motivo de su existencia si es que quiere alcanzar la verdadera felicidad.
EL obrero de la Gran Obra debe de ver a toda persona que le rodea y a sus hermanos en CRISTO, como elementos útiles para su trabajo, como personas que DIOS ha puesto a su alrededor, unos para que le ayuden en su Obra, otros para que los enseñe y otros para que le enseñen. Todos son importantes en nuestra vida; pero recuerde hermano lector, haga lo suyo en su momento y deje que cada cual también haga lo suyo; recuerde que la filosofía de la vida nos enseña que en el aprendizaje, los eventos buenos y los eventos malos se suceden para que de ellos aprendamos, no para que nos quedemos con ninguno de los dos.



Recuerda que el camino es el CRISTO, y el CRISTO va en su vía crucis, y la meta de El es llegar hasta el triunfo: "TRIUNFO SOBRE LA MUERTE, TRIUNFO SOBRE EL MUNDO, TRIUNFO SOBRE LA CARNE"
No olvide hermano que todo lo que se ha escrito sobre el camino de un hombre, ha sido sobre la vida de ese Hombre, y aunque el camino sea el mismo, los hombres no somos el mismo, por lo tanto cada hombre o cada mujer tiene que vivir su propio drama, que aunque sea parecido a los demás, no es igual.
Por esta razón cada uno de nos tenemos dos instructores, los cuales nos llevarán a nuestro propio triunfo: Nuestro CRISTO INTIMO, y nuestro SANTO GURU; nuestro CRISTO INTIMO actúa en
nuestra Conciencia y comprensión; nuestro SANTO GURU orientándonos y ayudándonos para salir bien en nuestro camino iniciático.

 
V. M. LAKHSMI

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