miércoles, 28 de junio de 2017

ÍNDIGO: A LA VIDA INTRAUTERINA CON AMOR


Todo y todos en el universo están en cambio permanente.
Escritores, filósofos, místicos y físicos concordaron en esta idea. Es así, la humanidad está cambiando, limpiando, para llegar a la manifestación de una nueva humanidad. Ella ya está con nosotros desde hace unos años. Y nos preguntamos: ¿han llegado de otro planeta?, ¿son personas capacitadas especialmente que ya estaban aquí con anterioridad?, etc. Y la respuesta es tan sencilla… ¿saben quiénes son esta nueva humanidad? pues nuestros niños. Sí, ellos en sus diferentes edades, son esta humanidad que se espera, inclusive profetizados en libros como La Biblia y otros. Los grandes maestros de Oriente y Occidente nos trajeron en distintas épocas la enseñanza del amor... y los niños son puro amor.

¿Alguna vez te preguntaste qué habrás sentido en el vientre de tu madre o de pronto hay actitudes que no entiendes en ti y no sabes su procedencia? En especial surgen estas interrogantes en las mujeres durante la gestación. Son tantos los cambios y vivencias que sentimos las futuras madres, que una pregunta a su mamá: ¿y tú también sentías las pataditas?, ¿qué antojo tenías? y ¿llorabas o reías y sentías que yo me movía? y así muchas interrogantes más.

ANNIE BESANT.- DOCTRINA DEL CORAZÓN:CARTA 13 Y ÚLTIMA


Es verdad que en el deseo de ganar el afecto de las personas a nuestro alrededor, hay un matiz de personalidad que, si fuera eliminado, nos haría ángeles, pero debemos recordar que en el transcurrir de un futuro largo, muy largo, nuestras acciones han de verse matizadas con un leve sentir del "yo". Constante esfuerzo nuestro debe ser eliminar, matar aquel sentimiento tanto como fuere posible. No obstante, como el "yo" ha de mostrarse en alguna forma, sería mucho mejor que exista como factor inapreciable de una conducta noble, afectuosa y conducente al bienestar general, en vez de que el corazón se vuelva duro, que el carácter en general se torne anguloso, que el "yo" se manifieste en colores mucho menos atractivos y bellos.

FRANCISCO DE ASÍS.- CAP. 28: LAS LECCIONES CRISTIANAS


Con la experiencia que, según hemos visto, tenía Francisco de la vida espiritual, no podía menos que ser un excelente director de sus discípulos.
Les enseñaba, sobre todo, a no temer las tentaciones. «Te digo en verdad -explicó a un hermano tentado- que nadie ha de creerse servidor de Dios hasta haber pasado por tentaciones y tribulaciones. La tentación vencida -añadió aún- es, en cierto modo, el anillo con que el Señor desposa consigo el alma de su siervo» (2 Cel 118). Otras veces tornaba a su imagen favorita del papel de guastaldi o gendarmes de Dios que desempeñan los demonios. Refiriéndose a Fray Bernardo de Quintaval, habló así: «Os digo que para probar al hermano Bernardo han sido asignados demonios muy astutos y los más malos entre los malos; pero, por más que se empeñen incansables en hacer caer del cielo la estrella, el resultado, sin embargo, será muy otro. Cierto que será atribulado, aguijoneado, congojado, pero al fin triunfará de todo.

FRANCISCO DE ASÍS.- CAP. 27: EL EJEMPLO CRISTIANO


Pero el gran ideal de Francisco era siempre instruir a los hombres con el ejemplo más que con la palabra. «Todos los hermanos prediquen con las obras», dice en la Regla (1 R 17,3), y él fue siempre el primero en cumplir esta prescripción. Por eso dice Tomás de Celano con mucha razón que Francisco fue siempre «idéntico de palabra y de vida» (2 Cel 130).
De esta profunda necesidad de edificar con el ejemplo, hallamos muchas pruebas en las estancias de Francisco en el valle de Rieti durante los últimos años de su vida. Así, en el Adviento de 1223 ó 1224 se retiró al eremitorio de Poggio Bustone, a unos 16 Km al norte de Rieti, donde, no permitiéndole la debilidad del estómago tomar alimentos preparados con aceite, tuvo que hacérselos preparar con grasa, y esta infracción del ayuno de Adviento le produjo tales escrúpulos y remordimientos, que acabó por confesarla delante del pueblo reunido en la plaza pública: «Vosotros habéis venido a mí con gran devoción, pensando que soy un varón santo; pero tengo que confesar ante Dios y ante vosotros que en esta cuaresma [de San Martín] he tomado alimento condimentado con tocino» (EP 62).

FRANCISCO DE ASÍS.- CAP. 26: LAS CARTAS DE FRANCISCO


El hermano cuerpo es nuestra celda y el alma es el ermitaño que vive dentro de ella para orar al Señor y meditar en Él.
(San Francisco, EP 65).
Sólo dos objetos preocupaban ya la mente de Francisco: poner en práctica, hasta sus menores detalles, su ideal de vida evangélica, para provecho espiritual propio y edificación de sus hermanos; y llenar con nuevos escritos los vacíos que aún notaba en la Regla y que ya no podía remediar en la Regla misma. Eran idos ya aquellos tiempos en que Francisco, primero solo, después en compañía de sus hermanos, recorría el mundo, como cantor inspirado del Evangelio; en los años que le restan de vida se va a limitar a hablar a los hombres por medio de cartas y del espectáculo de su vida privada.
Gran parte de este período de la vida de Francisco tuvo por teatro el valle de Rieti, donde el Santo había predicado una de sus primeras misiones.

VIVIR DESDE EL CORAZÓN.- NO SIEMPRE ES FÁCIL


LA CONDICION HUMANA DE LA IMPRONTA
Su existencia en forma humana significa que la impronta o
acondicionamiento, que usted ha recibido tiene muchas
dimensiones. No es tan simple como la impronta de los patitos.
Hasta cierto punto, todas sus experiencias conllevan a la impronta o acondicionamiento. Su consciencia es muy sensitiva a la vida. Su ADN, sus padres, profesores, hermanos, conocidos, el ambiente, la astrología, vidas pasadas y los medios de comunicación le han acondicionado. Súmele a esto, cada experiencia que haya tenido, y por cierto usted ha tenido una sinfonía de influencias afectando su vida y consciencia en desarrollo. Afortunadamente, usted no tiene la culpa de ningún acondicionamiento que haya experimentado. Nadie tiene la culpa, o podría decirse que todos son culpables en igual ̥medida, ya que compartimos nuestros acondicionamientos con otros dondequiera que interactuamos con ellos.

ANNIE BESANT.- DOCTRINA DEL CORAZÓN:CARTA 12


Todo lo necesario para la extirpación de cualquier vicio es:
(1) Conocimiento exacto del vicio en sí mismo.
(2) El reconocimiento - un agudo sentir de que es un vicio, que es necesidad el mantenerlo, y que es indigno;
(3) La voluntad de "exterminarlo". Esa voluntad ha de penetrar en la esfera subconsciente donde mora el vicio y pausadamente, pero con certeza, lo exterminara.
La verdadera tranquilidad mental nunca es producto de la indiferencia y la impasibilidad; ella puede proceder solamente de la introspección alta y profunda de la sabiduría.
El discípulo de la Gran Logia de Ellos, por humilde que sea, debe vivir en lo Eterno, y su vida debe ser la vida del Amor Universal; de lo contrario, el debe abandonar sus altas aspiraciones. El servicio activo que cada discípulo debe prestar al mundo es diferente para diferentes clases de estudiantes, y esta determinado por la naturaleza peculiar, disposición y capacidad del individuo. Por supuesto, vosotros sabéis que mientras no se alcance la perfección, deberá mantenerse la variedad aun en el modo de servicio que el chela debe llevar a cabo.
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