jueves, 7 de marzo de 2019

Meditación 7 ( (Anthony De Mello de su Libro Una llamada al Amor)


“Airado, el dueño de la casa dijo a su siervo: ‘Sal en seguida a las calles i. plazas de la ciudad y tráete a los pobres y lisiados y ciegos y cojos’ ” (Lc 14.21)Piensa en alguien que te desagrade: alguien a quien sueles tratar de evitar, porque su presencia te produce sentimientos negativos. Imagina que estás ahora mismo en presencia de esa persona y observa cómo surgen las emociones negativas… Es perfectamente posible que imagines a alguien pobre, lisiado, ciego o cojo. Comprende ahora que, si invitas a tu casa a esa persona, a ese mendigo que anda por plazas y calles, es decir, si la invitas a estar en tu presencia, ella te ofrecerá algo que ninguno de tus encantadores y amables amigos, por muy rico que sea, puede ofrecerte.
Te revelará a ti mismo tu propio ser y la naturaleza humana: una revelación tan valiosa como cualquiera de las que pueden hallarse en la Biblia, porque ¿de qué te vale conocer todas las Escrituras si no te conoces a ti mismo y consiguientemente, vives como si fueras un “robot” La revelación que ese mendigo va a hacerte servirá para ensanchar tu corazón hasta que haya espacio en él para toda criatura viviente. ¿Puede haber mejor regalo? Trata de verte ahora reaccionando negativamente y hazte la siguiente pregunta: “(¿Tengo yo el control de esta situación o, por el contrario, es la situación la que me domina a mí?” Esta es la primera revelación.Y a continuación viene la segunda: la manera de controlar esta situación consiste en que tengas el control de ti mismo, cosa que en realidad no sucede. ¿Cómo se logra ese dominio? Todo lo que tienes que hacer es comprender que hay personas en el mundo que, si estuvieran en tu lugar, no se verían afectadas negativamente por esa persona, sino que controlarían la situación y estarían por encima de ella, no sometidas a ella como tú lo estás.


Meditación 6 ( (Anthony De Mello de su Libro Una llamada al Amor).


“Las zorras tienen guaridas y las aves del cielo nidos: pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza”
(Mt 8.20)
He aquí un error que la mayoría de las personas cometen en sus relaciones con los demás: tratar de
construirse un nido estable en el flujo constantemente móvil de la vida.
Piensa en alguien cuyo amor desees. ¿Quieres ser alguien importante para esa persona y significar algo
especial en su vida? ¿Quieres que esa persona te ame y se preocupe por ti de una manera especial? Si es así,
abre tus ojos y comprueba que estás cometiendo la necedad de invitar a otros a reservarte para sí mismos, a limitar tu libertad en su propio provecho, a controlar tu conducta, tu crecimiento y tu desarrollo de forma que éstos se acomoden a sus propios intereses. Es como si la otra persona te dijera:
“Si quieres ser alguien especial para mí, debes aceptar mis condiciones, porque, en el momento en que dejes de responder a mis expectativas, dejarás de ser especial”. ¿Quieres ser alguien especial para otra persona? Entonces has de pagar un precio en forma de pérdida de libertad. Deberás danzar al son de esa otra persona, del mismo modo que exiges que los demás dancen a tu propio son si desean ser para ti algo especial.
Párate por un momento a preguntarte si merece la pena pagar tanto por tan poco. Imagina que a esa
persona, cuyo especial amor deseas, le dices: “Déjame ser yo mismo, tener mis propios pensamientos,
satisfacer mis propios gustos, seguir mis propias inclinaciones, comportarme tal como yo decida que quiero hacerlo…” En el momento en que digas estas palabras, comprenderás que estás pidiendo lo imposible.
Pretender ser especial para alguien significa, fundamentalmente, someterse a la obligación de hacerse grato a esa persona y, consiguientemente, perder la propia libertad. Tómate el tiempo que necesites para comprenderlo…

Tal vez ahora estés ya en condiciones de decir: “Prefiero mi libertad antes que tu amor”.
Si tuvieras que escoger entre tener compañía en la cárcel o andar libremente por el mundo en soledad, ¿qué escogerías? Dile ahora a esa persona: “Te dejo que seas tú misma a, tener tus propios pensamientos,
satisfacer tus propios gustos, seguir tus propias inclinaciones, comportarte tal como decidas que quieres hacerlo… “En el momento en que digas esto, observarás una de estas dos cosas: o bien tu corazón se resistirá a pronunciar esas palabras y te revelarás como la persona posesiva y explotadora que eres (con lo que será hora de que examines tu falsa creencia de que no puedes vivir o no puedes ser feliz sin esa otra persona), o bien tu corazón pronunciará dichas palabras sinceramente. y en ese mismo instante se esfumará todo tipo de control, de manipulación de explotación, de posesividad, de envidia… “Te dejo que seas tu mismo: que tengas tus propios pensamientos, que satisfagas tus propios gustos, que sigas tus propias inclinaciones, que te comportes tal como decidas que quieres hacerlo… “


Meditación 5 ( (Anthony De Mello de su Libro Una llamada al Amor).


“Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que no que entre un rico en el Reino de Dios”
(Mc 10.25)
¿Qué puede hacerse para alcanzar la felicidad?
No hay nada que tú ni cualquier otro podáis hacer. ¿Por qué? Por la sencilla razón de que ahora mismo ya eres feliz, ¿y cómo vas a adquirir lo que ya tienes? Pero, si es así, ¿por qué no experimentas esa felicidad que ya posees?
Pues, simplemente, porque tu mente no deja
de producir infelicidad. Arroja esa infelicidad de tu mente, y al instante aflorará al exterior la felicidad que siempre te ha pertenecido. ¿Y cómo se arroja fuera la infelicidad? Descubre qué es lo que la origina y examina la causa abiertamente y sin temor: la infelicidad desaparecerá automáticamente.
Ahora bien, si te fijas como es debido, verás que hay una sola cosa que origina la infelicidad: el apego.
¿Y qué es un apego? Es un estado emocional de vinculación compulsiva a una cosa o persona determinada, originado por la creencia de que sin esa cosa o persona no es posible ser feliz. Tal estado emocional se compone de dos elementos; uno positivo y otro negativo. El elemento positivo es el fogonazo del placer y la emoción, el estremecimiento que experimentas cuando logras aquello a lo que estás apegado. El elemento negativo es la sensación de amenaza y de tensión que siempre acompaña al apego. Imagínate a alguien encerrado en un campo de concentración y que no deja de engullir comida: con una mano se lleva la comida a la boca, mientras que con la otra protege la comida restante de la codicia de sus compañeros de encierro, que tratarán de arrebatársela en cuanto baje la guardia.
He ahí la imagen perfecta de la persona apegada.
Por su propia naturaleza, el apego te hace vulnerable al desorden emocional y amenaza constantemente con hacer añicos tu paz. ¿Cómo puedes esperar, entonces, que una persona apegada acceda a ese océano de felicidad que llamamos el “Reino de Dios”? ¡Es como esperar que un camello pase por el ojo de una aguja!


Meditaciones Gururaj Ananda Yogi Respuestas al Corazón- MEDITACIÓN


La expansión de la conciencia se consigue a través de la meditación. Es a través de la expansión de la conciencia como encontramos la belleza, incluso en las espinas que contribuyen a la totalidad de la rosa.
La meditación cambia la personalidad. Quita la dureza existente y aporta la dulzura que inspira el amor. Enseña cómo amar, el significado del amor e incluso cómo llegar a ser amor. Este es el cambio básico que necesita el ser humano hoy.
Si tienes un jarrón de agua sucia, ponlo debajo del grifo y abre el grifo. Al caer el agua limpia en el jarrón, la sucia se irá limpiando poco a poco, dejando sólo la limpia. Al hacer constantemente nuestras meditaciones, hacemos lo mismo, estamos añadiendo poder divino a la mente y al cuerpo.
Las energías positivas, al ser más poderosas, expulsan a las negativas.
Únicamente cuando buceamos en nuestro interior y encontramos la actualidad que hay en él, es cuando el universo del exterior cesa. No cesa con respecto a los componentes materiales que están implicados, sino que cesa en nuestra concepción.
Meditamos sin hacer esfuerzo, pero nuestra vida diaria debe estar llena de esfuerzo.
A través de la meditación, o de cualquier otra práctica espiritual que se te haya dado, vas más allá del reino de la mente, más allá del reino del cuerpo, vas más allá del reino de la relatividad más fina y te fundes en el absoluto, donde la experiencia no necesita un factor externo, donde la experiencia no necesita el “experienciador”, donde la experiencia se “experiencia” a sí misma.


Meditaciones Gururaj Ananda Yogi Respuestas al Corazón-DISCERNIMIENTO


El poder de discernir (en sánscrito “viveka”) tiene un objetivo: ser capaz de distinguir entre lo mutable y lo inmutable, diferenciar lo relativo de lo absoluto. El absoluto es nuestra esencia real, no cambia. Todo cambio no es otra cosa que una manifestación de lo que no cambia. Cuando combinas
en tu vida los valores de lo mutable y lo inmutable, entonces vives una vida plena.
Ahora no vivís una vida plena.
Pero aquellos de vosotros que habéis comenzado en el camino de la autointegración haciendo un esfuerzo consciente en la vida diaria, llegaréis al punto donde la vida, es alegría. Entonces, incluso si sentís daño, veréis que estáis envueltos en un universo compuesto de parejas antagónicas.
Placer y dolor, calor y frío, sol y nieve. Siempre tendremos estas
parejas. Pero, una vez que nos demos cuenta del valor del dolor y del placer, ninguno de los dos nos afectará.
El verdadero discernimiento sólo llega cuando uno puede estar realmente silencioso en el interior de sí mismo.
Pertenece a tu libre albedrío, a tu elección, el decidir qué es lo que aceptas y qué es lo que rechazas.
Adquiere conocimiento por todos los medios, pero fíltralo: deshecha lo que no es necesario. Coge la esencia.
Cuanto más sensible seas en la percepción de cosas buenas, serás más capaz de percibir cosas malas.
Es inútil intentar analizar la mente para encontrar discernimiento.


Meditaciones Gururaj Ananda Yogi Respuestas al Corazón-AMOR


Realmente no es que el amor haga girar al mundo: el amor hace las vueltas interesantes.
¿Qué es amor? Es una cáscara de nuez, amor es la Divinidad en tu interior.
Cuando una persona realmente se conoce a sí misma, cuando puede bucear y descubrir el amor en su interior, sólo entonces puede proyectar ese amor a otra persona.
Atravesamos diversas facetas del amor hasta alcanzar el amor Divino, que es nuestro. Nacemos con él, pero debido a las limitaciones de nuestra mente y nuestro corazón, no podemos expresarlo.
Cuando se limpian las telarañas de la mente, cuando se abre más el corazón cerrado, la divinidad del amor empezará a brillar a su través, y continuará hasta que pueda brillar completamente a su través.
El amor ni nace, ni se crea. Es un mundo de existencia en sí mismo. Para conocer esta existencia hace falta un sacrificio total y la entrega de uno mismo al gran Yo que está en nuestro interior. La belleza está en que, mientras probamos la interioridad, también apreciamos la “exterioridad”.


miércoles, 27 de febrero de 2019

Meditación 4 ( (Anthony De Mello de su Libro Una llamada al Amor).

 
…Y el joven se marchó entristecido, porque tenía muchos bienes (Mt. 10.22)
¿Has pensado alguna vez que has sido “programado” para ser infeliz y que, por lo tanto, hagas lo que hagas para obtener la felicidad, estás abocado al fracaso?
Es como si introdujeras una serie de ecuaciones matemáticas en un ordenador, y éste fallara cada vez que pulsas el teclado para obtener un pasaje de Shakespeare. Si quieres ser feliz, no necesitas hacer ningún tipo de esfuerzo; ni siquiera necesitas buena voluntad o buenos deseos, sino comprender con claridad de qué manera has sido “programado” exactamente. Lo que ha ocurrido es lo siguiente: primero, tu sociedad y tu cultura te han enseñado a creer que no puedes ser feliz sin determinadas personas y determinadas cosas.
Echa un vistazo a tu alrededor. y por todas partes verás a personas que en realidad han construido sus vidas sobre la creencia de que sin determinadas cosas -dinero, poder, éxito, aceptación, fama, amor, amistad, espiritualidad, Dios…- no pueden ser felices.

Meditación 3 ( (Anthony De Mello de su Libro Una llamada al Amor).


“Al que quiera pleitear contigo para quitarte la túnica,
déjale también el manto: y a quien te fuerce
a caminar una milla, acompáñalo dos”
(Mt 5.40-41)

Si observas de qué modo estás hecho y cómo funcionas, descubrirás que hay en tu mente todo un “programa”, toda una serie de presupuestos acerca de cómo debe ser el mundo, cómo debes ser tú mismo y qué es lo debes desear.
¿Quién es el responsable de ese “programa” Tú no, desde luego. No eres realmente tú quien ha decidido cosas tan fundamentales como son tus deseos y exigencias, tus necesidades, tus valores, tus gustos, tus actitudes… Han sido tus padres, tu sociedad, tu cultura, tu religión y tus experiencias pasadas las que han introducido en tu “ordenador” las normas de funcionamiento. Ahora bien, sea cual sea tu edad y vayas adonde vayas, tu “ordenador” va contigo y actúa y funciona en cada momento consciente del día, insistiendo imperiosamente en que sus exigencias deben ser satisfechas por la vida, por la gente y por ti mismo. De hacerlo así, el “ordenador” te permitirá vivir pacífica y felizmente: de lo contrario, y aunque tú no tengas la culpa, generará unas emociones negativas que te harán sufrir.
Cuando, por ejemplo, otras personas no viven con arreglo a las expectativas de tu “ordenador”, éste te atormenta a base de frustración, de ira, de amargura… O cuando, por ejemplo, las cosas escapan a tu control, o el futuro es incierto, tu “ordenador” insiste en que experimentes ansiedad, tensión, preocupación… Entonces empleas un montón de energías en hacer frente a esas emociones negativas. Y generalmente te las apañas para gastar aún más energías en intentar cambiar el mundo que te rodea, al objeto de satisfacer las exigencias
de tu “ordenador”. Con lo cual obtienes una cierta dosis de una paz bastante precaria, porque en cualquier momento la menor nimiedad (un tren que se retrasa, una grabadora que no funciona, una carta que no llega…) no es conforme con el programa de tu “ordenador”, y éste se empeñará en que vuelvas a preocuparte de nuevo.

RESPUESTAS AL CORAZÓN: EL BUSCADOR Y EL CAMINO

 
El hombre siempre quiere saber. Incluso si la mente no lo pregunta, hay un impulso interno que grita todo el tiempo haciendo sólo una pregunta: ¿Quién soy yo?
La Divinidad está ahí. La única cualificación que necesita una persona para encontrar su yo interno es la búsqueda sincera.
Volver a nuestra inocencia primordial es el deber y el propósito de la vida.
Siendo de naturaleza inquisitiva, una persona tiene que investigar, investigar e investigar. Quiere saber la causa de todas las cosas. Quiere saber por qué crece esa flor, por qué esa pared permanece derecha y un millón de cosas de esta naturaleza. Piensa que, conociendo las causas de las cosas
externas, de alguna manera llegará a encontrar la causa de su existencia. De nuevo su pregunta es sólo una pregunta: ¿Quién soy yo?

Entendemos por conocimiento un cúmulo de datos con los que cargamos nuestro pequeño cerebro.

RESPUESTAS AL CORAZÓN: AQUÍ Y AHORA


 

Si se vive bien cada momento, entonces el momento siguiente se cuidará a sí mismo.
Ser capaz de disfrutar el momento en su totalidad, es disfrutar de la totalidad de la creación.
No hay pasado, no hay futuro, sólo hay un AHORA.

La eternidad sólo puede ser expresada o experimentada en el Ahora de la vida.
Cuando vives en el momento y no en el pasado o en el futuro, vives en ese momento toda la eternidad.
Cuando vives en toda la eternidad, la totalidad de la eternidad es el momento.
Cada momento es bello en sí mismo. Un momento se vuelve feo sólo por asociación. O lo asocias con el pasado o te proyectas en el futuro y sacas el momento de su contexto.

O lo engrandeces o lo haces más pequeño. Así el momento se pierde y comienza el siguiente; y lo mismo ocurre una
y otra vez, siempre.


lunes, 25 de febrero de 2019

RESPUESTAS AL CORAZÓN: AMISTAD


La verdadera amistad es hallar la Divinidad en el amigo. Y, mientras encuentras la Divinidad en el amigo, te darás cuenta de que también ocurre en él una sutil transformación.
Verás que está siendo elevado y no sabrá por qué. Te responderá solamente amándote más. Mientras tanto tú
estás creando en su corazón ese amor hacia tí, porque tú has comenzado a amarle. Esta es la verdadera amistad.
Sólo puedes conocer a una persona en su totalidad si conoces tu propia totalidad.
Dar no signifi ca sólo hacer un regalo u ofrecer algo mundano o monetario. Es darse uno mismo: es darse uno completamente.
Tú eres yo y yo soy tú. Esta es la verdadera amistad. Esta unión entre dos personas es la misma que la de un hombre con Dios, porque no es la del cuerpo o la mente, sino del verdadero espíritu que está dentro; porque el cielo de tu interior es el mismo que en el mío.
Para servir a un amigo es necesario un sacrifi cio ¿Qué es lo que realmente sacrifi cas?, sacrifi cas los sentimientos que hay en tí y los pones a sus pies. En otras palabras, estás sacrifiando tu personalidad.
Todo lo que te compone a tí lo estás sacrificando a los pies de tu amigo: puede ser amor y enfado o cualquier otra cosa conectada contigo, cualquier clase de emoción, positiva o negativa.
Estás sacrifi cando todo esto a los pies de tu amigo.
Cuando nos hacemos destructivamente críticos, de nuestros corazones surge odio en vez de amor.


RESPUESTAS AL CORAZÓN: EL EGO


Y aquí llegamos a la piedra en la que todos chocamos. Las nubes
que nos ocultan el sol. Y sin embargo, es sorprendente conocer, que es el mismo sol él que produce las nubes que lo ocultan, y a través de este eterno ciclo, una y otra vez la lluvia hace germinar la tierra. Cuando lloramos y cuando reímos, las mismas lágrimas hacen que la semilla que llevamos, germine, despejándose las nubes y dejando que el sol brille en toda su plenitud, para que hora la semilla crezca.
En la búsqueda de la felicidad, nos tropezamos con aquello que
llamamos ego, una forma individualizada a la que nos apegamos
y a través de la cual se manifiesta El Amor, desde nuestro centro que es el corazón.
Deja que el corazón te guíe en este bello juego, en el cual expandiendo el ego, disipamos las nubes del yo que nos impiden ver el sol.
Solo hay que regar el jardín, la semilla crece sola; no tienes que
preocuparte por ello.
 
Ego
El ego comenzó en esa fina corriente a nivel supraconsciente, y según se hizo más y más denso, se hizo más y más individualizado,
constituyendo lo que llamamos personalidad humana: eso lo que llamamos el ego humano.
El hombre no posee un ego, es el ego.
Cuando quedamos inmersos en el ego, nos centramos en nosotros
mismos y comenzamos a creer que todo el mundo gira a nuestro alrededor. Creemos que somos el centro del universo y que todo el mundo nos debe prestar atención.
Dejad de estar centrados en vosotros mismos, centraos en el Ser.
 
Cuando una persona dice que no necesita ayuda externa, no es el verdadero yo quien lo dice, sino el ego. El ego asume la importancia de: “Yo soy todo y no hay nada más grande que yo”,
y cuando el ego piensa que es autosuficiente, no se hace ningún
progreso.
Lo verdadero, lo cierto, es que lo que asumimos como real es falso. Aceptando el principio de “mi mente condicionada es pequeña e insignificante”, según ese darse cuenta se hace realidad desarrollamos humildad y nos entregamos a un poder mayor. Dejamos de alardear de que “yo” puedo hacerlo todo y empezamos a preguntar:”¿Quién es el verdadero Hacedor?”.
Aquí es donde empieza la búsqueda y a tener realmente importancia la pregunta: “¿Quién soy yo?”
El ego es algo muy engañoso.
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