sábado, 1 de julio de 2017

LA TERAPIA FLORAL COMO PORTAL PARA LOS ÍNDIGO


Las flores simbolizan la entrega y cada una de ellas, en su apertura, libera un esquema que ha de ser transmutado. Si cuidáis de ellas, verificaréis cuánta Luz os asiste. Los niños conocen su verdad y protegen sin trabas los lugares donde ellas crecen. No miréis atrás. Un puente de Luz se instala entre ellos y el planeta. Miles de seres han sido convocados para recuperarlo.
Desde hace diez años experimento y divulgo la sanación con esencias florales elaboradas por mí en una zona de Argentina ubicada en el centro del país (Córdoba). El sitio donde se me ha
permitido canalizar estas nuevas esencias, que llamé ANANDAFLORA ®, tiene las características de activar a las especies vegetales en frecuencias mucho más altas de las
habituales. (Leer La cura planetaria-las flores un vehículo hacia la luz, Edit Kier). De esta manera son Esencias para la Humanidad Naciente, puesto que están entre nosotros los niños y adultos que conducirán a nuestro planeta a una nueva dimensión.


Los Índigo también precisan alineación de sus cuerpos, puesto que traen una impronta difícil de adaptar en un ámbito con esquemas viejos. Sufren cambios en la escuela pues no hay una educación oficial acorde a sus conocimientos, y su química es diferente pues se alimentan menos y tienen más energía. Los alimentos para ellos deben ser readaptados según sus necesidades y buscados en sitios que ya poseen cualidades energéticas altas.
Las Esencias ANANDAFLORA ® transportan en sus gotas cristales de luz, códigos para la activación del ADN, y cualidades a desarrollar en esta Nueva Humanidad como el Amor, la Templanza, la Bienaventuranza y la Compasión.
Daré una visión lo más cercana posible a la observación que he tenido de los Nuevos Niños y en especial de los Índigo, puesto que hay otros niños diferentes, dependiendo de las constelaciones de donde provienen dentro de este Universo. Los niños Índigo traen la memoria de lo que fueron en otras encarnaciones, pues muchos han sufrido los cambios en este planeta y han elaborado su propia adecuación frente a lo que se les presenta. Algunos pasan seis o siete encarnaciones para adaptar sus vehículos al plano terrestre.

Son los niños azules por su impronta o vehículo a través del cual se les ha permitido entrar a este planeta.
Entre ellos hay una distinción por los vehículos-joya a través de los cuales expresan sus dones, sus cualidades de expresión:

- Los científicos de collar dorado y joya azul Índigo.
- Los artistas de collar rosa magenta y joya oro-rubí.
- Los sanadores de collar azul y joya oro.
- Los sabios de collar oro y joya rosa-oro-rubí.
- Los sanadores interplanos de collar oro y joya azul topacio.

Éstos son los Índigo más vistos; pero hay otros, como diversidades hay entre los seres que están cumpliendo su misión en este planeta. Me permitiré darles algunas características básicas para su identificación.
Los científicos del futuro, los que trabajan en la evolución de este planeta, dominan la física cuántica, las matemáticas y la astrofísica. Ellos traducirán los nuevos patrones o códigos para el avance de la ciencia. Son demostrativos, ágiles, con mucha actividad de su hemisferio derecho y una estructura ósea más sólida que la de los Índigo más sutiles, los artistas. Tienen un collar color oro con un cristal joya de color azul. Para mí estos collares aparecen como bandas tanto en los niños como en los adultos. Ésto me permite conocer su misión y promover aquellos aspectos que deben desarrollar siempre que el alma está dispuesta a hacerlo. En el caso de los niños, nunca se debe hacer un cambio en su impronta si su ciclo o edad no lo permite pues hay disposiciones celestiales para cada ser y los tiempos de cada uno son diferentes.

Los artistas, los que gustan expresar sus dotes con la música y crear frecuencias vibratorias diferentes. Son ágiles al hablar, estructuran sus frases con soltura, aún cuando tienen dos o tres años. Son hábiles para manipular sus brazos, y activar con el movimiento sus dos hemisferios cerebrales. Actúan como los delfines, duermen poco, les gusta jugar mucho y hacer movimientos expresivos-danzar. Las frecuencias de estos niños superan a la de los demás,
mostrándolos en apariencia frágiles, sin embargo, a los cinco años expresan las cualidades de los de siete. El color de la banda que protege a estos niños es un collar rosa magenta con un cristal joya oro-rubí, porque es el color de la conducción de la energía creativa en este plano. Ellos traen las frecuencias sonoras de una quinta o sexta dimensión, según su acceso a esas fuentes.
Los sabios o niños adultos, son los Índigo maduros que funcionan en este plano con un conocimiento adquirido en otras vidas. Se manifiestan más serios, no gustan jugar demasiado, son más silenciosos. Guardan información certera que traducen en visiones del aura de las personas, conocen su historia álmica, su misión y acceden algunos a los archivos akáshicos.

Son los Índigo que sufren más porque saben por anticipado qué va a suceder. De estructura física delgada, poseen cuello alto, ojos salientes. Precisan ayuda para transmitir sus mensajes pues hay
quienes no los comprenden. Su tarea es la de explicar a los demás por qué están aquí, de dónde vienen, cuál es su misión. Su collar es dorado con un cristal joya magenta, pues ese color activa en ellos el amor en una frecuencia más alta, es el Amor incondicional a todo lo creado. Trabajan el desapego desde niños y son maduros a los seis años. Normalmente vienen de escuelas de conocimiento que se desarrollan en Las Pléyades u Orión. Traen en sí mismos el plan para el planeta y su redención. Gracias a ellos conoceremos nuestro futuro como Humanidad.
Los sanadores son los que usan los cuerpos de luz de la química oculta en cristales, plantas, notas musicales, mandalas utilizando nuevos arquetipos para la cura. Tienen brazos largos, figura etérea y traen una banda o collar azul violeta con un cristal joya de color oro. Ellos pueden conducir energía desde otro plano y traerla aquí utilizando canales de acceso a otros planos (cuarta, quinta y sexta dimensión). Son los maestros de la sanación futura donde no se
utilizarán más objetos para curar sino rayos de luz interdimensional.

Los sanadores interplanos se trasladan para hacer sus tareas a otros sitios dentro y fuera del planeta. De bebés suelen salirse de su cuerpo y proteger a su familia o visitar amigos o comparten con otros niños juegos, así como tener conversaciones en otro nivel con almas gemelas o sus ángeles custodios. De grandes se trasladan para hacer salvatajes en el mar o en tierra rescatando a seres de tragedias o a los animales para evitar su extinción. Traen consigo la
impronta de haber necesitado ayuda en otras vidas y no haberla obtenido. Ellos activan la energía de la transmutación. Tienen un collar de color oro-rubí con un cristal azul-topacio. Son sensibles a los cambios climáticos. De estructura frágil y autosuficientes.
Las Esencias florales ANANDAFLORA ®, en estos niños, se vehículizan en gotas para su ingesta, en lociones para su aplicación aúrica, cremas y aceites. Aún así existen múltiples maneras de ofrecer su energía pues se ha comprobado que la entrega de las flores es tan amplia que además de incorporarlas a través del agua podemos visualizarlas y transportarlas a las zonas o centros energéticos que precisen su aporte.

El arte visual (fotos-mandalas-pinturas) nos aporta un amplio campo de experimentación para niños y adultos, pues a través del arte se despliega el alma y la visión interna se agudiza. Cada flor tiene color, una geometría sagrada, un sonido, una vibración energética, una cualidad, ya sea que estemos en presencia de ellas o no. Los niños tienen la cualidad de captar sus formas y energía con sólo ver los frascos de esencias, pues aún de muy pequeños, las eligen en presencia del terapeuta. He visto bebés sacar los frascos de esencias que necesitaban antes de ser sugeridos en la terapia floral. Otros precisan acomodar sus energías en la familia y cuando son muy pequeños precisan de la ayuda valiosa de los frascos con esencias puestos debajo de su cama o en sectores de su cuarto que atenúan los conflictos subyacentes en su núcleo familiar.
Las esencias florales adecuan en este plano aquellos Índigo que son muy sensibles a los cambios, permitiendo su conexión cielo y tierra sin traumas. Hay flores para el asentamiento en tierra como la Flor de Lis, específica para los sanadores. Esta esencia se usa mucho en este sistema para los que canalizan sea cual fuere su forma de expresión, y a su vez permite que las altas frecuencias que descienden desde lo alto puedan ser readaptadas tanto en el físico como vehiculizadas al entorno.
Hay esencias que protegen el tercer ojo para aquellos que están despertando o sufren demasiadas visiones, así como los que pasan por transformaciones en sus células y en su ADN a gran velocidad. En realidad los procesos de cura son amplios; sólo se debe tomar contacto con cada ser, observar su impronta y acceder a su mundo con amor.

Gloria Basaure
Fundación Índigo

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