Hola! Herman@s Quiero compartir con ustedes Enseñanzas de los Maestros Ascendidos y de otros Maestros que han traído tanta Luz a nuestros corazones y hoy, nos pueden enseñar como hacerlo, teniéndolos a ellos como ejemplo y como guías invaluables, que a través del Amor Divino, iluminan nuestro camino hacia la Luz.
lunes, 15 de mayo de 2017
ÍNDIGO.- El Índigo y el ADD/ADHD
Cada día aumenta el número de niños diagnosticados con Déficit de Atención (ADD) e Hiperactividad (ADHD) llegando a proporciones casi epidémicas. Pareciera que se ha convertido en moda. No hay duda que habrá casos que reúnan las características
neurofisiológicas para dicho diagnóstico. Sin embargo, ¿por qué en determinados métodos de educación, como es el caso del Método Waldorf, hay una sustancial disminución de la incidencia de este diagnóstico? ¿Será que este método basado en el respeto de la individualidad, en la integración del individuo con el medio, está más centrado en la esencia del ser humano que en el cúmulo de conocimientos sobre la familia, la sociedad, las naciones, el mundo que ofrece nuestro sistema educativo tradicional y por ello tiene otro resultado?
Se ha fraguado toda una subcultura alrededor de este diagnóstico, dejando sólo dos tratamientos aceptables para la comunidad científica: el medicamento y la modificación de conducta, llegando a sustituir el diálogo en la casa por la pregunta “¿tomaste tu pastilla?”.
Con ese abordaje tratamos de simplificar los problemas de la vida y le otorgamos a la química el poder de solucionar todo, colocamos el foco dentro del niño, no afuera, contrayéndonos ante la presencia de la situación “problemática” en nuestro entorno familiar, pero no nos ponemos “sus zapatos”, no nos enteramos de cómo se sienten, en qué está aportando esta situación, en cómo
podemos abordarla desde un marco más integral para saber el tema qué nos está alertando.
Un niño puede tener inconvenientes en poner y sostener la atención, reflejándose en su comportamiento por muchas otras razones que un desorden de Déficit de Atención. Puede ser que las actividades escolares le parezcan aburridas porque son monótonas, repetitivas, sin creatividad, rígidas, impositivas, no dejando espacio para la novedad. O quizás su forma de aprender no se amolde a la del colegio o porque, en ese momento, su familia está pasando una
crisis económica, emocional, o porque es alérgico a la leche o hipersensible a determinados alimentos que contengan colorantes, sabor artificial, azúcar, o porque su temperamento no encaje con el de sus padres porque su nivel de conciencia está más expandido que el de ellos y percibe la realidad desde un punto de vista más holístico, menos fraccionado. Por lo tanto, hay miles de niños que su individualidad está siendo reducida a un diagnóstico de desorden, controlada por una droga, etiquetados como “niños problema” porque no se adaptan a las normas escolares vigentes, ni a la disciplina autoritaria de ciertos padres.
El niño Índigo es muy frecuentemente, dentro del marco escolar, diagnosticado como un niño con ADD/ADHD (Déficit de Atención e Hiperactividad). Este diagnóstico comprende las características de hiperactividad, impulsividad y falta de atención. Desde el punto de vista de frecuencia Índigo en vez de hiperactividad se plantea que es un niño dinámico, energético; en vez de impulsividad se valora la creatividad y espontaneidad; la etiqueta de falta de atención se
considera como un intento de disminuir su individualidad, pues el Índigo sí tiene la capacidad de concentrarse y sostener la atención pero sólo en lo que es de su interés y como su capacidad cognitiva generalmente puntea por encima de la norma, (con frecuencia manifestada en coeficientes intelectuales que están por encima de 120) se fastidia con facilidad, se aburre con lo repetitivo si no tiene más de un estímulo, con la monotonía de un solo tema pues su percepción multidimensional lo capacita para captar, procesar, interiorizar, información de diferentes fuentes al mismo tiempo y responde mejor en ambientes donde pueda participar en proyectos o
en sitios donde múltiple información simultánea se maneje. Por ejemplo, puede hacer tarea, oír música y ver televisión simultáneamente.
El elemento de novedad y creatividad es su aliado en prestar atención, no la rutina, la monotonía, pues parte de su cerebro es activado por el nuevo estímulo. Si le permitimos ambientes que tengan centros de actividad, donde puedan tocar, armar, dibujar cosas, coleccionar, entrevistar a personas, actuar y vivenciar las clases, encontraremos niños que no mostrarán diferencias disminuidas en relación a niños “normales” sino que más bien los
superarán. La cuestión está en el ambiente y en el abordaje del entorno, no en el niño.
La hiperactividad del niño Índigo es, muchas veces, debida a una sobrecarga energética que tiene que liberar moviéndose, por ello estos niños aprenden fácil y rápidamente en movimiento, por ejemplo, en casa, aprenden bailando, repasando las lecciones montados en bicicleta estacionaria, leyendo en mecedoras. En el aula, se sugiere enseñar con movimiento, por ejemplo, enseñar ortografía dinámica, en movimiento, sentándose en las vocales y parándose en las consonantes.
Este aspecto es totalmente opuesto a lo tradicional académico, donde se exige quedarse quieto para oír la clase, donde la fuente de información es primordialmente el profesor, donde hay una
secuencia cronológica para hacer las cosas (mente lineal), cuando ellos requieren de multiplicidad; es decir, estímulo táctil, auditivo y visual simultáneamente, con el sentido del tacto como predominante de los tres, pues al ser el órgano más grande de nuestro cuerpo es a través del cual ellos descargan mayor condensación de energía y por el cual captan como antenas táctiles, de ahí su hipersensibilidad espacial y su necesidad de movimiento.
Su impulsividad muchas veces es producto de la capacidad que tienen de captar la información que se articula como la que se piensa simultáneamente e intervienen atropelladamente, costándoles esperar su turno para hablar pues ya han percibido el contenido energético y sólo les queda por reafirmarlo articulándolo.
Estos niños tienen una forma diferente de pensar, de procesar la información, de poner atención, de comportarse, pero en su esencia están intactos, completos, saludables y más bien engrandecidos en su capacidad, por lo que no son niños que sufren de desórdenes médicos. Los niños Índigo etiquetados con ADD/ADHD tienen problemas en encajar en el sistema tradicional de educación y por ello los medican para adaptarlos. Pero esa no es su misión. No es adaptarse al sistema educativo vigente sino cambiarlo. Ellos nos alertan de que nuestro sistema de educación no ofrece las condiciones necesarias en cuanto a la verdadera educación que
requerimos para prepararnos y poder operar en una octava superior de conciencia, en otra dimensión.
Podríamos hacer el símil con los canarios que mantenían dentro de las minas. Cuando el nivel de oxígeno bajaba, los canarios caían muertos en sus jaulas, alertando a los mineros del peligro. Es posible que estos niños que están siendo diagnosticados masivamente con ADD/ADHD, etiquetados como niños problemas, sean los “canarios de los mineros” en nuestro tiempo, que nos están alertando para que transformemos nuestras aulas, nuestro sistema educativo en un ambiente dinámico, novedoso, excitante, participativo.
Lo que verdaderamente estos niños requieren es de adultos a su alrededor que les recuerden su poder, no se los minimice; los respeten, no los etiqueten; los escuchen, no los disminuyan y les
enseñen estrategias que validen su aporte, para solucionar problemas de múltiples formas, pero que esas estrategias puedan ser contactadas desde su corazón, de acuerdo a su estilo de
percepción. Recordemos que la verdadera educación no es la acumulación de conocimientos sino la sabiduría aplicada. El conocimiento con el tiempo se pierde, la sabiduría nunca se olvida.
¡Permitamos que estos niños nos aporten su sabiduría!
María Dolores Paoli
FUNDACIÓN ÍNDIGO
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