domingo, 12 de marzo de 2017

INDIGO.- ENTRAR EN RESONANCIA-Capitulo 21


El genoma humano contiene una cantidad aproximada de 50.000 genes, que son las unidades básicas de herencia que determinan el desarrollo biológico y las características de un organismo.
Algunos de ellos son pasivos, otros dominantes, otros son activos y otros son recesivos. Existe también otra clase de ADN, éste es el ácido desoxirribonucleico mitocondrial o ADNm, que contiene la información sobre la síntesis directa de las proteínas. Este ADN se aloja en las mitocondrias. Y es ahí precisamente en donde los niños Índigo han presentado importantes cambios en el comportamiento celular. La Mitocondria, diminuta estructura celular de doble
membrana, es responsable de la conversión de nutrientes en el compuesto rico en energía trifosfato de adenosina (ATP), que actúa como combustible celular.


 Por esta función que desempeñan, llamada respiración, se dice que las mitocondrias son el motor de la célula. La genética en los niños Índigo ha cambiado respecto a la genética de los demás seres humanos.
En ellos, los genes de algunos neurotransmisores especiales producen la activación de mayores zonas del sistema nervioso central. Al existir mayores zonas activas se produce la magia: el
“modem de comunicación” se reactiva.
Pero esto no quiere decir que si un niño enferma no es Índigo; todas las enfermedades tienen un origen mental, y la salud física del ser humano tiene una relación directa con su salud mental. Si una persona tiene problemas relacionados con su energía álmica, tarde o temprano manifestará una enfermedad de la índole que ésta sea. Lo anterior incluye a los niños Índigo. Es por eso que debemos apoyar mucho a los padres de niños Índigo, sobre todo enseñándoles a no enfermar a sus hijos con sus propios miedos, con sus propios errores, que casi siempre manifiestan en los niños como si éstos fuesen un espejo.



Los niños Índigo están aquí para cambiar los antiguos conceptos religiosos. A partir de su llegada debemos empezar a pensar en que no son necesarios para nadie el sufrimiento, la enfermedad y la muerte. Ya no es necesario el karma, ni pagar con sufrimiento nuestros errores cometidos en el pasado. La energía Índigo, con su capacidad sanadora, ha llegado para ayudarnos a sanar a todos. Si nuestra corriente de pensamiento entra en resonancia con lo
anterior, entrará también en resonancia con la frecuencia Índigo, y aunque no se haya nacido con características Índigo, es completamente posible que nuestra frecuencia vibracional y nuestro
ADN cambien, sobre todo si tenemos oportunidad de cambiar nuestra alimentación, nuestra forma de pensamiento, haciéndola menos lineal y más multidimensional y de tomar las terapias
alternativas adecuadas.



Acaso cabe recalcar que no son seres primitivos y que son sanadores natos: si algo le duele a alguien, ellos serán los primeros en poner sus manos sobre el área dolorida, porque intuyen o saben que son transmisores de la salud y se preocupan por regalarla a través de sus manos o de sus palabras.
Algunas personas comentan que los niños Índigo son de uno u otro tipo y los clasifican como artistas o matemáticos, otros dicen que hay maestros Índigo o Índigo comunes, Índigo más Índigo o Índigo menos Índigo. Todo lo anterior se llama clasificación y reitero el comentario porque es muy importante que la gente sepa que la frecuencia Índigo no es clasificable. Mi experiencia me indica que no hay un rango exacto, no existe un instrumento medidor de las
maestrías, posibilidades y talentos de cada uno, tampoco podemos saber cuánto tiempo llevan reencarnando o si llegaron aquí siendo maestros. Por eso prefiero permitirme amplitud en el criterio y evitar catalogarlos. Sigo considerando que si los niños Índigo han llegado a la Tierra a romper con las estructuras, las normas y las clasificaciones, lo menos que podemos hacer es dejar de clasificarlos.



Por ejemplo, respecto a los niños orientales, si nos basamos dentro de un marco absoluto en la teoría que habla acerca de los rasgos físicos de los niños Índigo, estaríamos discriminando a millones de seres. No podemos crear bandos y convertir la energía Índigo en otra religión más (que no lo es). Como tampoco estoy ni estaré de acuerdo en esa “separatividad” creada por los que dicen que saben cómo es físicamente un niño Índigo o peor aún, por aquellos que los clasifican entre “Índigo maestros o Índigo comunes”.
Unificar directrices, pensamientos y obras es lo único que nos queda por hacer. Y por supuesto, evitar a toda costa dejarnos llevar por todos los que empiezan ya a manipular alrededor de la energía Índigo (como hicieron con la energía violeta). Hablo de todo esto, porque siento que podría estar sucediendo algo similar con el tema Índigo y nosotros, junto con muchos otros que están también conscientes de la importancia de no mitificar y de evitar “jerarquizar” a los niños Índigo, podemos evitar que suceda.
Tenemos en común la fuerza, la energía, el coraje y la conciencia de saber que está en nuestras manos el futuro de nuestros niños.

 
Isolina Romero
Fundación Índigo

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