domingo, 12 de marzo de 2017

LOS JÓVENES: MÁS ALLÁ DE LA EDUCACIÓN.- EL MUNDO INDIGO Y APERTURA DE CONCIENCIA- Capitulo 29

 
 
La frecuencia Índigo es una vibración a la que el planeta Tierra se está adaptando paulatinamente;es la frecuencia de la Nueva Era.
La “Nueva Humanidad” profundiza en aquello que “no es concreto a los ojos comunes”, sino al espíritu. No profundiza en la religión, sino en la espiritualidad. No busca un mejor ingreso per cápita, porque no existe dinero que lleve a Dios, no busca mejorar la salud, porque la enfermedad sencillamente no existe en la perfección, no busca la equidad de género, porque todos somos uno, no busca reducir la mortalidad, porque nuestros cuerpos son simplemente vehículos. No busca aquello, que el ego del hombre se ha empeñado en buscar, porque Dios es la ausencia del ego.
El mundo Índigo
¿Y cómo cambia también nuestra postura cuando entramos en el mundo Índigo?
La frecuencia Índigo es una vibración a la que el planeta Tierra se está adaptando paulatinamente; es la frecuencia de la Nueva Era. Una vibración distinta que produce grandes cambios en el ser humano y que puede provocar problemas de adaptación en una sociedad tradicional por causa de las capacidades “paranormales” de los seres Índigo. Basta con mencionar la palabra “paranormal”, para que entremos en temas donde nuestra lógica nos diga que estamos saliéndonos por la tangente; no obstante, el fluir de este caudaloso río, suena más y más, y a Dios gracias cada vez existe más gente trabajando en esta realidad, aunque más de un amigo nuestro nos diga en tono escéptico ¿frecuencia qué?
Esta frecuencia o vibración Índigo ha hecho que muchos jóvenes vivan rodeados de incomprensión y frustración ante la falta de adaptación al sistema; pero qué pasa con esta
juventud… están en una etapa de gran fuerza, de mucha energía, con toda la vida por delante, con la vía libre para vivir a plenitud todo lo que este mundo ofrece; sea cual fuere su realidad socioeconómica, hay algo para aprender y experimentar, y siempre hay algo de qué asirse. Sus cuerpos emocionales están desarrollándose a todo vapor, y es una etapa de gran convulsión a nivel de las sensaciones y los sentimientos. Todo lo aprehendido a nivel emocional durante la niñez, sea bueno o malo, será clave para dar las directrices de su personalidad que es formada por el medio ambiente influyendo sobre su temperamento. A diferencia de los niños que todavía están siendo “educados”, los jóvenes ya cuentan con su autonomía. Es aquí donde comienza la cosa.
Apertura de conciencia
Miles de jóvenes, Índigo o no, tienen problemas de adaptación en la sociedad, y pasan a ser una “persona rara”, cada cual con sus diferentes problemas, pero rara al fin. Donde radica el meollo del asunto en esta Nueva Era, con jóvenes cualquiera que fuese su “especie”, es sencillamente en la apertura de conciencia: la palestra donde los Índigo que despiertan juegan un rol de vital importancia.
Saberse Índigo, tener facultades psíquicas… es inútil si no se tiene conciencia en el espiritual sentido de la palabra. Saberse Índigo puede significar un verdadero problema, a la hora de luchar con el ego de “maestro de la nueva humanidad”, a la hora de entrar en un fanatismo holístico, a la hora de envilecerse con los dones, a la hora de justificarse…
Teóricamente un Índigo no tiene esos apegos humanos. Teóricamente. Más aún, si ese Índigo no se enteró de esa esencia que a lo largo de los años ha sido contaminada por la sociedad. Hay que despertarlos, hay que desconectarlos de “La Matriz”, no sólo a ellos, que tienen las de ganar, sino a todos.
A veces es difícil tratar con los jóvenes, tienen una terquedad propia de la edad, una rebeldía propia de su conciencia “naif”. Sin subestimarlos, sus ideales, sus sueños, sus ganas, sus
euforias, sus decepciones, sus ilusiones, sus enamoramientos… son propios de un nuevo lienzo que se va pintando en el camino de sus vidas. El comportamiento pendular es típico. Su actuar en función a su ánimo, también. Pese a su autonomía, todavía son vulnerables, y a veces su inocencia raya en la estupidez; pero ahí está lo bueno, la inocencia es pureza, y en la pureza está Dios.
No es aprovecharse de su inocencia, se trata de ligar esa pureza con el universo, se trata de apuntar a esa parte de ellos que todavía no ha sido maleada y evitar que se vayan al lado oscuro, despertando su conciencia divina.
 
FUNDACIÓN INDIGO
Wolfgang Kellert

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