miércoles, 14 de junio de 2017

INDIGO-Niños Índigo, padres y Flores de Bach


Las Flores de Bach son un conjunto de 38 esencias energéticas extraídas de flores silvestres, descubiertas y desarrolladas por el médico ortodoxo, bacteriólogo, inmunólogo y homeópata
británico Edward Bach. Desde 1936 han sido utilizadas en todo el mundo. Bach tenía una concepción holística del hombre y entendió que “el desequilibrio emocional constituía el primer
momento de la enfermedad y que si se dirigían los esfuerzos terapéuticos a equilibrar emocionalmente al paciente se lograba la curación”.

Tipificó 38 estados y alteraciones de la
personalidad, cada estado con su correspondiente tipo de flor y clasificó en siete a los mayores estados emocionales y psicológicos:
- Los miedos.
- La incertidumbre.
- La indiferencia por las circunstancias actuales.
- La soledad.
- La hipersensibilidad a influencias e ideas.
- El desaliento o la desesperanza.
- La sobreprotección o ansiedad por el bienestar de los demás.
Para preparar estas esencias el Dr. Bach utilizó dos métodos: uno por ebullición y otro, al que llamó “Método del brillo solar” (Sunshine Method), en el que el astro es fundamental.

Las flores se seleccionan en un día sin nubes en el punto culminante de su floración, se elige y separa cuidadosamente las flores de una misma especie para luego colocarlas en agua de vertiente natural y exponerlas al sol por largas horas. Este proceso carga el agua con la energía de la flor.

Esta agua conservada en coñac es la esencia floral.
Las flores potenciadas, que tienen cualidades curativas ampliamente reconocidas, incorporan a su preparación los cuatro elementos: la tierra, el aire, el fuego y el agua. La tierra es el lugar donde crecen las flores y sobre la cual se coloca el recipiente potenciador. El aire rodea las flores durante todo el proceso, el fuego del sol está presente ya que sólo se puede potenciar el todo en un día claro y sin nubes, y también está el agua clara y limpia de una fuente de primavera. Su presentación es un set con las 38 esencias en frasquitos de 10 ml. más un frasco de Rescue Remedy, que contiene cinco esencias del set y se usa para primeros auxilios, situaciones de susto, shock y accidentes. Es un equilibrador de los signos vitales y tiene muchos usos. También se presenta en crema para uso tópico.
Para preparar la fórmula, el terapeuta pondrá dos gotas de la o las esencias elegidas en un frasco gotero de vidrio de 30 ml. Posteriormente lo llenará con agua mineral sin gas. Actúan por acción física y su propiedad es la vibración o la fuerza vital de cada flor. Debido a ésto, resulta una excelente medicina complementaria para asociar tanto a la alopatía como a otras medicinas a las que no sustituye. Las esencias pueden ser guardadas indefinidamente, en lugar fresco, fuera de la
luz solar o calor artificial y no tienen fecha de vencimiento. Pueden ser tomadas por personas de todas las edades, y no tienen efectos colaterales ni contraindicaciones.
Los remedios florales de Bach están aprobados por el departamento de Salud del Reino Unido y por La Food & Drug Administration de EE.UU., entre otros organismos internacionales. La terapia con las Flores de Bach está basada en un diagnóstico que se determina en una entrevista
en la cual se realiza una estructura emocional del paciente, descartando, si es necesario por medio de exámenes físicos, cualquier patología funcional.

Los niños Índigo tienen características especiales, como sabemos. Ellos, al no encontrar su espacio y un entorno apropiado para desarrollarse, manifiestan actitudes como rebeldía, aislamiento, profundas depresiones o frustraciones, hiperactividad, déficit de atención y otros trastornos psicofísicos y son erróneamente etiquetados como “niños problema” que deben ser
atendidos por un especialista o simplemente sacados del colegio ya que causan muchos conflictos. Todo ésto conlleva a un estado de desequilibrio emocional en los padres, quienes
deben soportar las presiones del colegio, de los niños; lo cual desarrolla al final cuadros típicos de estrés.
Como terapeuta de las Flores de Bach he podido trabajar también con este grupo de personas, padres, hijos, educadores, con excelentes resultados. Muchos de estos padres llegan angustiados
y con sentimientos de culpa, porque han recurrido a los maltratos físicos y castigos de toda índole, que obviamente lo único que producen es un quiebre total de comunicación que es muy
difícil de recuperar sin ayuda externa.
En estos casos la metodología es muy simple. Realizo la primera entrevista en la que se elabora un diagnóstico profesional, como lo he explicado anteriormente, tanto del niño como de los
padres (se trabaja individualmente, aunque la entrevista puede ser en grupo).
El siguiente paso es abordar terapéuticamente el estado mental y anímico del paciente, a través de la palabra (en la entrevista), ya que por ésta el hombre puede describir el síntoma psíquico y
físico que experimenta, hasta los matices más refinados, desde el inicio de su existencia, si existen bloqueos emocionales, si hay problemas de pareja, si hay afecto en esa familia, si ese
afecto se exterioriza y se comparte, si el niño tiene la suficiente libertad para su desarrollo o está siendo coartado, si existe amor, si el colegio o escuela lo valora como persona, traumas y toda la
información que se pueda obtener para lograr así la sabiduría necesaria y establecer en un diagnóstico cuál ha de ser el alivio del mal que lo aqueja.
Las Flores de Bach tratan a cada paciente como un ser individual y único. Y cada preparación de una fórmula floral no es aplicable a una u otra persona. La dosificación es de acuerdo al estado
del paciente y lo que el terapeuta determine. Normalmente se da a tomar cuatro gotas, cuatro veces al día. Estas se tomarán directamente del frasco o mezcladas en el té, jugo, leche, aguas
aromáticas, etc.
¿En qué tiempo una persona podrá ver resultados? Ésto depende de cada paciente, pero los efectos en general son muy rápidos. Es imprescindible la ingestión de las esencias por un tiempo
mínimo prudente de cuatro meses, para cambiar o modificar ese patrón de conducta o estado emocional que produce la alteración.
Los niños Índigo, por su vibración más alta, aceptan felices estas terapias porque son naturales y ellos aman la naturaleza. A los adultos nos cuesta más cambiar ciertos patrones, pero igualmente
se logra si voluntariamente lo deseamos.
A continuación expongo dos casos atendidos. Obviamente, se han cambiado los nombres por razones de ética profesional.
Una madre angustiada y desesperada llegó a mi consultorio. Vino con su hijo Ramiro, de cuatro años dos meses de edad, inquieto y observador. La madre angustiada ya no sabía qué hacer, la
citaban cada semana al jardín de infantes por la “rebeldía, agresión e hiperactividad” del niño. El chico se despertaba llorando a medianoche con pesadillas. Me trajo un examen en qué se decía que Ramiro no presentaba problemas neurológicos, por lo que descartamos cualquier examen físico. Por su trabajo, la madre no podía pasar mucho tiempo con el niño, que pasaba con su nana y en el jardín de infantes. Se realizó la ronda de preguntas para llegar a un diagnóstico de toda la situación familiar. Se determinó falta afecto y comprensión, problemas de pareja, soledad y represión. El niño, en el consultorio, era muy observador y apenas llegó me preguntó por las esencias, se puso a jugar y no molestaba, pero cada vez que yo le decía a su madre que debe dedicarle más tiempo y cariño, hablar con él, darle su espacio, el niño se volteaba y la miraba, como diciéndole: “no te olvides, eso debes hacer”. Le pedí que también venga a la consulta su padre.
Para este caso, le damos flores al niño para su ira, su enojo, violencia. Holly cuya característica es expresar el amor incondicional a través de las emociones. También le damos Rock Rose, su característica es la trascendencia y el valor, nos libera. Impatiens, su característica es la paciencia, especialmente con los demás, pero también con uno mismo. Esta esencia se la dimos
también a la madre. A ella le dimos Olive, su característica es la regeneración; combate el agotamiento físico, mental, emocional y espiritual. Durante la terapia, que duró aproximadamente tres meses con Ramiro y casi seis con la madre, se cambiaron algunas
esencias por otras, de acuerdo a cómo iban progresando. Ahora ella asegura que “el clima de mi casa es otro, hay mucho amor, respeto, la educadora está contenta con el avance de Ramiro, ya
no me han vuelto a llamar desde la escuela, el niño ahora disfruta y es un apasionado por la música”.
Los padres de Anita, quien tiene seis años, llegaron preocupados porque en la escuela le decían que tenía déficit de atención, no le gustaba participar y sufría problemas respiratorios. Después
de evaluar el caso y pedir informes médicos, hablé con ella y con sus padres por separado, me di cuenta que ellos no le dejaban hacer nada, para que no se lastime, no se resfríe, no se enferme, y
ella optó por no hacer nada. A la madre le di Chicory, cuya característica es el amor entre personas. Esta flor es recetada cuando hay una conducta extrema en el dar a otros o cuidar de
ellos, muchas veces en exceso. También Impatiens y Pine, para combatir los sentimientos de culpa. Al padre, además, le dimos Pine y Red Chesnut, para el temor excesivo por lo que pudiera
sucederle a sus seres queridos, y White Chesnut, para determinados pensamientos que dan vueltas y vueltas por la cabeza que genera estrés.
Para Anita, receté Holl y Clematis, que favorece a que el sujeto tenga una presencia plenamente fundada en el “aquí”, cuando se resiste a estar con “los pies sobre la tierra”. Hubo una positiva
repuesta de Anita al tratamiento de las Flores de Bach. El paso siguiente de la terapia fue tratar el problema respiratorio de la niña, producido por la sobreprotección de sus padres, que no la
dejaban ser, ni respirar, ni tenía su espacio para vivir. Los padres han comprendido ésto y ahora la cuidan, pero no la sobreprotegen.

Gloria Basaure
FUNDACION INDIGO

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