Hola! Herman@s Quiero compartir con ustedes Enseñanzas de los Maestros Ascendidos y de otros Maestros que han traído tanta Luz a nuestros corazones y hoy, nos pueden enseñar como hacerlo, teniéndolos a ellos como ejemplo y como guías invaluables, que a través del Amor Divino, iluminan nuestro camino hacia la Luz.
martes, 28 de marzo de 2017
Alegria de Vivir (Sanaya Roman) Capitulo 10º
CAPÍTULO 10
Abrirse a recibir
Imagínate, si quieres, que eres un rey y que tu tesoro está repleto. De hecho, tienes tanto que ni siquiera sabes por dónde empezar para distribuir tu riqueza.
Todas las personas de tu reino van de un lado a otro diciendo lo pobres que son, pero cuando les ofreces tu dinero actúan como si no te vieran, o se preguntan qué hay de malo en lo que tú les ofreces. Miro al exterior y veo todos los almacenes repletos, sin aprovechar, sin utilizar, sin ser siquiera reconocidos.
Habrás escuchado la expresión «el cielo en la tierra».
No hay nada que te impida tenerlo, excepto tu capacidad para pedir y recibirlo. ¿Qué son esos almacenes? ¿Qué cosas hay dentro de ellos que tanto nos encantaría pasar a los demás? Una de ellas es el amor. Nosotros no medimos el crecimiento como lo hacéis vosotros (ascensos profesionales, más dinero, etcétera). Nosotros buscamos la evolución espiritual, que incluye la alegría, el amor por sí mismo, la capacidad para recibir, la reestructuración de lo negativo en positivo, el refinamiento del ego, la voluntad para abrazar lo nuevo, y la capacidad para trabajar juntos en pos de un propósito común. Hay tanto amor disponible que es tan abundante como el aire que respiras ¿Pides amor? Cuanto más amor des y recibas, tanto mayor será tu crecimiento espiritual.
Cada momento que pasas centrado en algo que no funciona, pensando en alguien que no te ama, te hace ser como los hombres que le dieron la espalda al dinero del rey.
Siempre tienes la oportunidad de pensar en momentos en los que fuiste amado, imaginar un futuro de abundancia y participar así en la riqueza espiritual. ¿Qué te parece eso? Cada inhalación te eleva hacia el mundo de esencia donde es creada la forma, y con cada exhalación envías al mundo tus deseos. Cada vez que reconoces el amor que hay en ti, lo incrementas. Una de las leyes de recibir es el hecho de que reconocer cuando has conseguido algo aumenta eso mismo en tu vida, y cada vez que no reconoces algo, hace que sea mucho más difícil que se te envíe más.
Cuanto más te centres en lo que está equivocado, tanto más error crearás en tu vida, y tanto más se extenderá éste hacia otros ámbitos que estaban funcionando.
Cuanto más te concentres en lo que está bien en tu vida, en lo que funciona, tanto más funcionarán otros ámbitos de tu vida. Pues lo mismo sucede con recibir.
Cuanto más reconozcas lo mucho que recibes, tanto más tendrás. Tenemos aquí dos clases de solicitudes: las planteadas por tu personalidad, y las planteadas por tu alma. ¿ Cuáles son las peticiones de tu alma? Una petición de evolución espiritual es una solicitud del alma, como lo es también para un propósito superior: claridad, amor y enfoque.
Un deseo de encontrar tu camino superior o más luz en tu vida es también una solicitud del alma.
Las peticiones de la personalidad pueden ser como los ropajes que envuelven una solicitud del alma.
Suelen ser más específicas, como la petición de un nuevo coche o de un objeto material, por ejemplo. Si estás dispuesto a mirar la motivación más profunda que hay por detrás de lo que deseas y lo que esperas conseguir del hecho de tenerlo, entonces abrirás muchos más caminos y formas en los que eso puede llegar hasta ti.
Una petición de la personalidad es muy específica, por lo que, a menudo, el universo tarda más tiempo en encontrar formas de hacerla llegar hasta ti. Sin embargo, si en lugar de pedir dinero, pides lo que el dinero puede aportarte, como mayor seguridad, la capacidad para viajar, para tomarte tiempo libre de tu trabajo o para pagar cada mes tus cuentas con facilidad, todas esas cosas te serán aportadas mucho más fácilmente que el dinero. Aprender a recibir es aprender a pedir la esencia de lo que deseas, antes que la forma A menudo, el universo aporta lo que has pedido específicamente, y descubres entonces que no es lo que deseas. Eso hace desperdiciar mucho tiempo.
Antes de decir que deseas algo, pregúntate: «¿Hay alguna otra forma más amplia o más exacta de plantear esta petición?». Cuando dices: «Quiero que este hombre o que esta mujer me ame», o bien: «Deseo que esta persona me aporte alegría», haces que al universo le resulte muy difícil aportarte lo que deseas, sobre todo si la persona en cuestión no te ama o no te aporta alegría. Sin embargo, si en lugar de eso dices: «Estoy abierto a recibir a un hombre o a una mujer que me ame», es mucho más fácil de conseguirlo, pues en tal caso no te hallas vinculado a la forma (a una persona específica), sino más bien a la esencia (el amor y la alegría). Si quieres que algo aparezca de una forma específica, es posible que se tarde más tiempo que si permites que el universo cree magia y milagros y te aporte la solicitud del alma, en lugar del deseo de la personalidad.
Eso requiere a menudo la capacidad para desprenderse y desvincularse. Quizá hayas experimentado imaginarte algo y ver cómo llega hasta ti. Y, sin embargo, muchos de vosotros no sabéis cómo desprenderos de lo viejo y abriros a lo nuevo.
Si queréis recibir, debéis estar dispuestos a abriros a las nuevas formas. Si tu vida está abarrotada de muchas relaciones, por ejemplo, o si llenas tu tiempo con una relación insatisfactoria, entonces no queda espacio en tu vida para encontrar otra que sea plena. Si pides más dinero, pero te pasas todo el tiempo regalando tus servicios, o realizando actividades que no te aportan dinero, te será mucho más difícil atraerlo.
Debes estar dispuesto a hacer aquello que te indica el alma si quieres crear aquello que pides A menudo, cuando pides algo, te encontrarás atravesando por cambios inesperados que te preparan para tenerlo. Es posible que tu actitud necesite cambiar, o que el punto de vista que sostienes actualmente cree un bloque de energía que se interponga en la atracción de ese don.
El universo te enviará inmediatamente muchas experiencias para abrirte y cambiar tu actitud, para que puedas recibir lo que has solicitado. A veces, debes desprenderte de ciertas cosas para tener aquello que has pedido. Es posible que tengas que desprenderte de un pensamiento, de un amigo, de una actividad inútil o de nivel elevado de preocupación.
No es que el universo te castigue o trate de dificultar el hecho de conseguir lo que deseas, sino más bien que posees un maestro afable y amoroso en tu interior que sólo desea ofrecerte cosas cuando estés preparado para recibirlas, y cuando el recibirlas redunde en tu propio y más elevado bien. Es posible, por ejemplo, que se retenga el ofrecimiento de una gran cantidad de dinero si no estás preparado para manejarlo. Tu yo superior puede aportarte muchas lecciones para cambiar y desplazar tus actitudes antes de que llegue el dinero, de modo que, cuando llegue, beneficie realmente tu propio crecimiento. Si pides las cosas de una forma egotista, el universo siempre te preparará de modo que no recibas daño al tenerlas.
Muchas peticiones de fama y de grandes cantidades de dinero no redundan realmente en beneficio del alma y, en consecuencia, su recepción se retrasa.
Pedís muy poco y eso es lo que nos entristece cuando contemplamos las mentes de los hombres.
Vemos los enfoques limitados de vuestros pensamientos, que sólo se fijan en lo que tienen más cerca, en lugar de intentar alcanzar las alturas. Hay formas de tener más en tu vida Una de ellas consiste en utilizar tu imaginación, pues es un gran don que se te ha dado. Cada vez que te imaginas teniendo algo, desafíate a ti mismo, imagínate teniendo incluso más.
Si quieres una casa, un amigo, un amante, cualquier relación, un coche, una vida de ocio, fantasea sobre ello y amplía la visión.
La fantasía puede conducir a un propósito más elevado.
Pues muchas de las cosas sobre las que más fantaseas (incluso aquellas que te sientes más lejos de alcanzar) son imágenes de tu propósito superior y de la vida que llevarás cuando lo alcances. ¿Qué puedes pedir? Puedes pedir evolución espiritual y más luz, pues ésa es una solicitud general que será utilizada por tu alma para traer consigo muchos dones inesperados. (Querrás reconocer esos dones cuando lleguen.)
Confía en ti mismo y convéncete de que puedes crear lo que deseas Tener fe en ti mismo y desprenderte de aquellos recuerdos de momentos en que las cosas no funcionaron, te ayudará a abrirte a una mayor abundancia.
Si tienes que pensar en el pasado, piensa en aquellos momentos en que fuiste poderoso y creativo.
Entra en tu corazón y pregúntate si crees merecer toda la alegría y el amor que te espera en tu camino hacia un propósito superior. Puedes empezar a imaginar alegría, paz y armonía como tu propio derecho de nacimiento.
El enfoque, la claridad y el amor están disponibles para aquellos que lo piden. Solicita una visión de tu propósito superior y muéstrate dispuesto a reconocer los dones cada día, a medida que llegan a ti, incluso las pequeñas cosas.
Cuanto más reconozcas aquello que se te envía, tanto más podrás traer de eso mismo a tu vida. ¡Pide! No podemos daros nada a menos que lo pidáis. El universo espera a que pidáis. Cuando lo veas venir, muéstrate dispuesto a tomarlo y recibirlo. Cuando surja la oportunidad, ¡aprovéchala! Da las gracias y reconoce al universo por ello, y podrás crear el cielo en la tierra. Abrirse a recibir
HOJA DE JUEGO
1. Haz una lista de al menos cuatro cosas en tu vida que estés haciendo bien, cosas que estén funcionando y acerca de las cuales te sientas a gusto:
2. ¿Qué cosas buenas has recibido del universo en la última semana o mes? Haz una lista de por lo menos diez cosas:
3. Piensa por lo menos en cinco cosas que hayas pedido y recibido en el pasado:
4. ¿Qué te gustaría recibir del universo ahora? Procura exponer tus peticiones con precisión. Utiliza tu imaginación y pide todo aquello en lo que puedas pensar.
Por ejemplo: me gustaría recibir unos ingresos de dos mil dólares o más al mes, empezando dentro de seis meses, o antes, y ganar ese dinero de una forma que facilite mi propósito superior.
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